Como se dijo en 1998 en esta
columna, el paso por debajo de la Avenida Colombia había que hacerlo mas largo
y no apenas entre las calles 11 y 12 como propuso el ganador de un concurso de
los años 1960. Y en el Plan del Centro Global, de hace diez años, se pensó
desde antes de la 5ª, y apenas de tres carriles, manteniendo dos arriba para
poder ampliar y arbolar sus andenes, y recuperar su carácter original de paseo
para peatones y automovilistas.
Quedaría un carril mas que los
existentes y se evitaría que se suspendiera la circulación cuando el paso se
inundara o por accidentes o varadas. Pero sólo quedó uno arriba para el Mio y
los cuatro del “túnel” no dejaron espacio para un arcén y ni siquiera un andén
para llegar a las pocas escaleras de evacuación, apenas un sardinel que no
protege los ductos metálicos adosados a sus paredes si un camión se arrima
mucho, y las bombas de achique aun no se han instalado.
Y arriba fue un imperdonable error ocultar
con una fila de grandes extractores la larga y bella perspectiva que se tenia
sobre La Ermita, los que, mas y mas pequeños, podrían haber estado a los lados
enmarcándola. Y una vergüenza convertirlos en feos mogadores trepados sobre las
bancas, ni siquiera para información de eventos cívicos sino para cualquier
vulgar publicidad. Increíble que olvidaran que un espacio urbano nunca se
“llena” sin que deje de ser tal.
Igual de torpe es la banca continua
y sinuosa a pleno sol y con el Mio al lado,
que a la larga solo usarán los indigentes por la noche y los vendedores
ambulantes en los cruces de la 11 y la 12. ¿Hasta cuando habrá policía 24 horas
y durará la novelería, que pasará por éxito? Creer que perdurarán los cafés de
que hablan, sin estacionamientos cercanos y con la inseguridad nocturna del
sector, enfrente de los buses o mirando
un río allí ya sucio, es ingenuo.
Ya hay grafitos y daños en la “madera” de las
bancas. Se robarán las luminarias, como
todas las que se pusieron desde el puente de Santa Rosa, pues son muy bajas, y
también los pequeños “tropezaderos” metálicos, puestos para delimitar el carril
de los buses, como se robaron tubos, granito y luminarias de la Av. 6ª. Y la
vegetación ya empezó a ocupar los muchos resquicios que dejaron, pero los
árboles sembrados no pasarán de arbustos pues están en pequeñas materas.
El suelo, con su fea imitación de
adoquines, ya está manchado y agrietado, lo que lleva a las goteras, y por
supuesto ha debido limitarse a la avenida y no avanzar a retazos por las calles
que llegan a la misma. Y no en vano muchos se preguntan cuando van a pintar el
desagradable, caliente y omnipresente acero oxidado, mientras que 700 metros de
barandas y pérgolas originales y 200 de un viejo muro de piedra se eliminaron
pues tuvieron que robarle ribera al río.
Va costando el triple de lo presupuestado
y la valorización se pagó dos veces. El Centro quedó sin entrada ni salida
vehicular por ese costado, ayudando a su deterioro, y habrá que mantener la Cr.
10 en un sólo sentido, una inconveniente medida provisional, y por la noche la
Policía cierra la Cr.1ª y los buses del MIO aun no pueden subir desde la 5ª. El
túnel no tiene señalización ni ciclovía, y pretenden que la velocidad sea
mínima y que los domingos sea sólo para ciclistas y trotadores.
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