En el Informe de Labores
de 1921 al Concejo de Cali por parte de Hernando Guerrero, su Presidente, se
lee lo siguiente:
"Con relación al ornato de la
ciudad se dictó un importantísimo acuerdo sobre la apertura y construcción de
un paseo en la orilla derecha del Río Cali, desde el Puente [Ortiz] hasta el Barrio
de El Peñón, urbanizado recientemente. Este paseo podría ser continuación de la
Avenida Uribe Uribe, de tal modo que la ciudad, de uno a otro de sus extremos,
sería beneficiada, por esta vía, que serviría de lugar de expansión y de solaz
a todos los habitantes y, al propio tiempo, hermosearía a Cali, en grado tal,
que no encontraría similar en ninguna de las ciudades del País y, quizá,
podríamos mostrarla con orgullo a los europeos. Pensad, señores Concejales, que
no hay en la ciudad ni en sus alrededores un paraje que se preste más, para
embellecerlo, como las pintorescas y risueñas márgenes de nuestro Río, ni que
beneficie a los habitantes de todos los barrios, como este proyectado paseo,
ni que hermosee y adorne, por igual, todo el conjunto de la ciudad, como esta
Avenida que la recorrería en toda su extensión. Cuando se piensa en esto
parece providencial que, habiendo tal escasez de habitaciones en Cali, no se
hallan edificado todavía los lotes aledaños al Río. Sin duda la adquisición de
estos implicará una erogación cuantiosa para el Distrito, pero, es preciso no
olvidar que, tarde o temprano, Cali tendrá que emprender la construcción de un
sitio de recreo, parque o paseo, pues, es notoria ya la carencia de él y parece
lo más acertado no esperar el alza inmoderada del valor de la propiedad raíz,
para expropiar o comprar propiedades que ahora podrían ser adquiridas a precios
aceptables. Por otra parte, conviene no olvidar y vosotros lo sabéis, que uno
de los renglones más valiosos en la empresa de modernizar las ciudades, es el
hermoseamiento de ellas, por la apertura de paseos, bulevares o avenidas."
La Avenida Colombia se inicio a
finales de los 30 y para 1943 ya estaba terminada. Pero en los 60 se relleno el
Charco del Burro y se empató la salida a Palmira (la actual cr. 1ª ) con la salida al mar y
poco a poco "el paseo" se convirtió en una especie de autovía urbana
deteriorando el río y el centro tradicional de la ciudad. Por eso el proyecto
de una vía por debajo de ella es tan importante, aunque solo sea entre la cr.
7ª y La Ermita. Seria la segunda vez que se recupera para los peatones el
espacio urbano público como un "lugar de expansión y de solaz" (para
los 450 años de Cali se peatonalizaron unas pocas calles del centro) y la
primera que se pone el tráfico pesado por debajo y no por encima de la gente.
La importancia pedagógica implícita es enorme: los caleños podrán juzgar
finalmente si esta tendencia, común en Europa desde hace por lo menos 30 años,
es la correcta para mejorar la calidad de vida en la ciudad. Será invertir en
la paz. Pero sería mejor aun recuperar el "paseo en la orilla derecha del
Río Cali" con muy amplios andenes y trafico lento por solo dos carriles
(tal como se le propuso al Alcalde Guerrero a principios de los 90 cuando
todavía era posible hacerlo desde el Hotel Intercontinental) y no pensar en una
desmesurada y desapacible "plazoleta" como se ha diseñado.
Es paradójico que justamente cuando
en Madrid se demolía un "moderno" viaducto frente a la Estación de
Atocha para reemplazarlo por un paso subterráneo, aquí se comenzaban a
construir los puentes que tan equivocadamente llenan de orgullo a los caleños.
La ciudad pre-moderna era para los peatones; la moderna pretendió resolver el
conflicto entre estos y los carros que invadieron todo, mediante cruces a
varios niveles que a su vez todo lo invadieron; pero la ciudad pos-moderna
recupera las calles para los peatones y resuelve los parqueaderos, los nudos
del trafico vehicular y el transporte masivo en su subsuelo.
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