Tiene razón el Alcalde Guerrero en que se conserve
la Plaza de Toros como un icono urbano, con “las remodelaciones necesarias para
que también sea un escenario multiusos, que sirva para espectáculos públicos de
gran asistencia” (El País, 20/02/2015). Ya es suficientemente claro que el fin
de los toros no debe significar el de la Plaza, ni como hito ni como escenario,
ni de los muchos árboles existentes en el actual parqueadero, coincidiendo con
lo dicho cuando se planteó el tema por primera vez (¿Por
qué no? 06/05/2004).
Sin embargo,
aunque la Ministro (e) de Cultura, María Claudia López, habla de “proteger los árboles que la
circundan y garantizar que lo que se construya, sea de uso comercial u otra
cosa, sea respetuoso con el entorno urbano”, el problema es que los únicos parámetros a los que se refiere,
de los establecidos por el Consejo Nacional de Patrimonio, no solo permiten
construcciones a escasos 45 metros de la Plaza hacia el sur y 60 hacia norte,
casi de su misma altura, y otras mas, cerca a la Carrera 52, mas altas, y su ocupación
en primer piso es total y no la de tres esbeltas torres (El Tiempo,
22/02/2015).
O sea que el icono al que alude el
Alcalde en Cali, y el Consejo Nacional y El Ministerio, en Bogotá, podría
quedar “neutralizado” y que parte del área verde desaparecería, que fueron las
preocupaciones del Consejo Departamental de Patrimonio Cultural del Valle del
Cauca (CDPCV) cuyas observaciones de primera mano aquí de nuevo se ignoraron
allá. Además está lo del área de protección del río Cañaveralejo, y lo del parque
que por acuerdo municipal se debería hacer, del que la Ministro (e)
dijo que la única forma de haber contemplado esa opción era que la Alcaldía y
la ciudad hubieran comprado el lote (El Tiempo, 20/02/2015). Pero lo mas grave es que el Plan Especial de Manejo y Protección,
PEMP, aun no lo conocen los caleños.
Como se decía hace diez años en esta columna: “El asunto no es si se
debe o no construir en los alrededores de la Plaza de Toros. Lo es, cómo, en
dónde y para qué, pues se trata de un monumento nacional (Resolución 051 del 26
de octubre de 1994) y la ley lo protege junto con sus alrededores hasta 300
metros [cada vez son menos] pero no prohíbe su construcción o modificación.
Perfectamente se podría levantar en el costado norte de su parqueadero un edificio
(hotel, vivienda u oficinas) eso sí con un centro comercial abajo y un amplio
estacionamiento subterráneo y público. Y hacer entre ambas construcciones la
explanada que tanta falta le hace.” Desde luego el estacionamiento subterráneo
sería entre las hileras de árboles, cuya separación lo permite.
En
conclusión, para evitar el fin de la
Plaza, pues el negocio se adelanto sin considerar que el
“lote” es un Bien Patrimonial protegido, los ciudadanos
caleños deberán entender que todos somos políticos, como dice Fernando Savater
(Política URGENTE, 2014), que votamos
por alcaldes y concejales que respeten las leyes, y por eso debemos exigir que
les muestren el PEMP convertido en una maqueta virtual que puedan “recorrer”,
pues a base de esquemas simples y palabras complicadas se han permitido aquí
muchos oprobios. Podrían ver que serian preferibles menos edificios y mas
retirados, aun cuando tengan que ser mas altos para conseguir la misma área
construida; el mismo negocio.
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