Así
lo bautizó El País (06/09/2016) pero en realidad la anunciada megaobra que
busca recuperar el río Cali solo ayudará a que se olvide que el problema está
es aguas arriba. Además de que pensaban intervenir en el CAM,
cubriendo absurdamente con tierra sus plazoletas y haciendo insólitas playas de
arena en el río, lo del trancón a la
altura de la Clínica de los Remedios y el encajonamiento del río hasta el Club
Colombia, es una pesadilla, pagada con el dinero de los contribuyentes, obra
que en el futuro tendrá que ser demolida y reconstruida la avenida,
principiando por hacer primero andenes decentes al otro lado de la calle y en
la otra ribera del río lo que no contempla el proyecto actual.
Por
lo demás este proyecto no cuenta con la aprobación por parte del Consejo
Departamental de Patrimonio Cultural, como es lo procedente pues está en el
área de influencia del Centro Histórico de Cali y de bienes de interés
cultural, BIC, de nivel nacional. Y ha
debido ser un concurso público y no entregado a dedo a una oficina
extranjera con la disculpa de que sería pagado por la empresa privada. Y por lo
demás ya existían dos proyectos anteriores para un parque lineal del río Cali,
sufragados por los contribuyentes, y realizados por arquitectos caleños pero
que no se consideraron para nada, cuando lo indicado hubiera sido estudiarlos
y, si fuera lo indicado, actualizarlos.
El
río Cali lo que necesita es un plan integral, realizado por un equipo
interdisciplinario, para la recuperación de todo su cauce, desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Cauca, pues no se trata de apenas un parque mas, y
lo mismo con El Aguacatal, su principal afluente y contaminador, pues son
fuentes principales de agua dulce para abastecer a los acueductos de Cali; y
ríos que son parte importante, con los cerros y la cordillera, de su paisaje
urbano. Hecho este plan si se podría derivar un proyecto para su paso por la
ciudad, desde antes del Zoológico hasta el Cauca, el que por supuesto, hay que
insistir, debe ser un concurso, ahí sí, de diseño urbano.
Pero
lo que anuncian tan alegremente en la prensa será todo un despropósito en la
Avenida 2 Norte, y no apenas la innecesaria remodelación de la Plazoleta del
Correo, pagada por los contribuyentes, y además equivocada pues los suelos
oscuros de ladrillo no son lo indicado para un ambiente urbano mas fresco al reflejar la radiación solar, como ya lo explicó Steven Chu,
Nobel de Física y ex Secretario de Energía de EE. UU. (The Economist,
04/07/2009). Así del sueño atravesado por un río los
caleños despertarán con una pesadilla mas, sumada a la inseguridad, la torpe
destrucción del patrimonio construido, los problemas del MIO, el caos del
Centro y la inmovilidad en el sur, la que aumentará con las viviendas que se
siguen autorizando mas allá de Jamundí por que no están en Cali.
El río Cali, el río de la
ciudad, como se lo llamó en la Colonia, nace en el Alto del Buey en los Farallones. Su cuenca ocupa 11.920 ha del noroccidente del municipio y recorre 50 km
en la dirección oeste-noreste hasta el Cauca. Entre sus afluentes se destacan
los ríos Pichindé, Florida, Aguacatal y Cabuyal. Su cuenca es boscosa y más del
50% es parte del Parque Nacional Natural de los Farallones de Cali, que se
extiende por varios corregimientos que no tienen plantas de tratamiento de aguas residuales y vierten sus
aguas contaminadas directamente al río o sus afluentes, aguas que abastecen la Planta Río Cali del acueducto de
Cali.
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