Ir al contenido principal

Jugar en casa. 19.08.2020

 Mientras que los niños campesinos tradicionalmente juegan/trabajan al aire libre, disfrutando/sufriendo la naturaleza, los niños urbanos siempre han jugado en casa (mientras sus padres trabajan/divierten) aunque lo hacen cada vez menos en patios y jardines en la medida en que estos se han reducido o desaparecido del todo. Pero los adultos sólo ocasionalmente lo hacen en casa pues los juegos de mesa como los dados, fichas, cartas y otros, y el ajedrez por supuesto, prefieren disfrutarlos afuera, en la ciudad, y con otros, en andenes, terrazas, parques, cafeterías, cafés y bares, o, los más ricos, en los club en los que además hay piscinas, canchas deportivas y campos de golf.


Los juegos de mesa han estado en casa desde hace muchísimo tiempo, como lo indican los yacimientos de Basur Höyük, cerca de la ciudad turca de Siirt, en donde se han encontrado piezas de un juego de mesa con cerca de 50 siglos de antigüedad, y el ajedrez se generalizó en Europa durante el Siglo XV, como evolución del juego persa shatranj, que a su vez surgió a partir del más antiguo chaturanga que se practicaba en la India en el Siglo VI (Wikipedia). Son juegos que apenas requieren una mesa, que puede ser la del comer, aunque también las hay especialmente diseñadas con dicho propósito, por cierto muy bonitas, y en algunas casas antes existían espacios exclusivos con dicho fin.

Pero sin duda el muy entrañable ‘escondite’, convertido mágicamente en una variante casera, es el mejor juego en casa ya que permite aislarse de los demás para trabajar, estudiar, ‘viajar’, leer, escribir o simplemente poder estar solo en casa, pero el problema es que en las pobres viviendas de ahora no hay lugares para ‘esconderse’ cómodamente ni aunque se sea rico. No en vano, como lo señala Wikipedia, al escondite se juega mejor en zonas con potenciales puntos para ocultarse, como un bosque, un parque, un jardín o una casa grande; aunque no necesariamente en área sino precisamente en el adecuado ambiente y suficiente privacidad de todos sus diferentes espacios tradicionales.

Es preciso evolucionar en ese sentido la distribución de las casas, usualmente divididas en áreas sociales (sala y comedor), de servicios (garaje, cocina, lavadero y patio de ropas) y de alcobas (una principal y una para los hijos y otra para las hijas), y dotarlas de otros espacios para trabajar, estudiar, estar y jugar, como estudios, corredores, balcones y terrazas, y repensar el uso diurno de las alcobas amoblándolas adecuadamente. Y evitar repetir esos apartamentos sosos -verdaderas ‘cajas de zapatos’ apilados unos encima de otros sin gracia alguna- sin siquiera balcones, o suficientes y adecuadas zonas comunes que los reemplacen a cabalidad: jardines, vergeles, piscinas y salones.

Y al espacio urbano público, muy deficiente en esas ciudades que crecieron recientemente mucho, como es el caso de Cali, es preciso dotarlo con más áreas para estar y jugar en los andenes en forma de terrazas para no obstaculizar el paso de los peatones e igualmente hacerlas en los parques, y dotadas de mesas y bancas fijas para uso de todos especialmente de los más pobres que ni siquiera tienen casa. Igualmente en dichas ampliaciones de los andenes, los bares, cafeterías y restaurantes aledaños a ellas los que de cierto modo son semipúblicos, podrían instalar mesas sin invadir el andén y naturalmente pagando un impuesto por la ocupación y uso del espacio público respectivo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta co...

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Sa...

Viaje a la arquitectura

  Recorriendo su bello país de la mano de José Saramago (Azinhaga, Portugal 1922-2010 Tías, Las Palmas, España, Premio Nobel de Literatura de 1989) de octubre de 1979 a julio de 1980, es muy grato encontrar a lo largo de Viaje a Portugal, 2022, más de 726 páginas de comidas, bebidas, gentes, paisajes, plazas y parques. Y capillas, iglesias, palacios, castillos y murallas -17 declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- la gran mayoría muy interesantes para entender, con las palabras de Saramago, en qué consiste lo emocionante que pueden ser, y por qué “la utilidad no es incompatible con la belleza” (p. 450) y que “la arquitectura, sólo por sí, puede hacer feliz a un hombre” (p. 439). Escribiendo sobre la iglesia del Senhor Bom Jesus, en Matosinhos, dice Saramago que su arquitecto, Nicolau Nasoni (San Giovani, Valdarno, Italia 1691-1773 Oporto, Portugal) supo “entender los misterios del granito lusitano, darles espacio para llegar mejor a los ojos, alternando lo oscuro de la...