A Rogelio Salmona
Con la aparición de las ciudades, hace varios milenios en Asia, se
cambió la eficacia de cilindros y conos para contener espacios habitables,
agrupados en pequeñas aldeas, por paralelepípedos rectangulares que se
acomodaban mejor dentro de sus densos recintos amurallados, formando sus
manzanas y calles. Entonces se descubrieron esas plazas y patios maravillosos,
regalos del cielo, al decir de los viejos chinos, y pequeños mundos que desde
aquella remota época permiten ver el infinito y aislarse del infierno, que como
se ha dicho y repetido y se sabe son los demás.
Hay
patios en casi todas las culturas y épocas. Al Occidente pasaron a través de
Egipto y Grecia, se consolidaron con los atrios romanos y tuvieron su esplendor
en los claustros medievales. En Andalucía los moros, viniendo del desierto, los
llenaron de agua y vegetación. Los Mayas habían ya abierto sus esquinas a más
patios. En algunos conventos mexicanos los arcos finales avanzan hasta el muro
de la galería y de donde se cruzan cuelgan los extremos de unos arcos, iguales
a los intermedios, formando insólitas esquinas sin soporte, antecesoras
coloniales de las postmodernas de la Casa de Huéspedes Ilustres en Cartagena.
Pedro Machuca, en Granada, sorpresivamente construyó uno circular, forma que,
sin la galería, logró nuevas y diferentes emociones en el Archivo General de la
Nación en Bogotá.
Nuestra
construcción tradicional, como muchas otras, es de claustros y patios; cerrados
en ciudades y pueblos y abiertos en haciendas y casas campesinas, en los que
dos y hasta tres de sus lados son muros de tapias o bajos vallados de piedra e
incluso simples cercas de guadua. Y lo mejor de la arquitectura actual tambien,
sobre todo algunas casas memorables por sus patios y terrazas, en contra de lo
que piensan los que creen que ser actual es cambiar lo tradicional por las
imágenes de moda de las revistas. No entienden que casi siempre solo es posible
y deseable la recreación de lo existente y que muy rara vez hay o se necesitan
verdaderas innovaciones.
Mientras
las leyes físicas que regulan la construcción de espacios en el planeta y las
características biológicas del hombre, que determinan su uso y apreciación, no
cambien, solo son viables las plantas central y a naves, tan estudiadas por
Noel Cruz, que corresponden a las dos únicas maneras de generar sólidos en la
geometría clásica; y por supuesto sus muchas variaciones y combinaciones, entre
ellas, la más importante: los patios. Formados por naves independientes (como
casi siempre en las haciendas) o por una sola que se acoda varias veces
cerrando el perímetro (como en los claustros), en adelante sólo ha sido
posible una verdadera creatividad como se ve en la innumerable y variada arquitectura
de patios que existe.
Le
Corbusier, en otra más de sus seductoras propuestas, pensó que con unidades
verticales de vivienda era posible no solo aumentar la densidad y liberar áreas
verdes sino cambiar los patios de los horizontales barrios tradicionales por
balcones de doble altura de apartamentos que así, en lugar del firmamento,
podrían mirar sencillamente, como en el campo, el mas mundano paisaje
circundante. Idea que desarrolló Alvar Aalto retranqueándolos a lo largo de una
curva que recorre la vista, y que aquí se concretó en los apartamentos del Polo
y de manera espectacular pero única en las Torres del Parque, proyectos ambos
en Bogotá.
Pero
los especuladores inmobiliarios y la insensibilidad de sus compradores nos
llenaron de sosos edificios que no forman calles ni dejan zonas verdes, y que
se espían unos a otros sin cielos ni pequeños mundos ni paisajes; solo culatas
e infiernos por todos lados de los que hay que aislarse cerrando balcones, si
los hay, y poniendo cortinas para no ser vistos. Muchos en Cali cambiaron sus
casas de frescos patios tropicales por mezquinos apartamentos, aduciendo
problemas de mantenimiento y seguridad, que no solucionaron, pero perdiendo su
intimidad y sin garantías de conservar unas vistas que pagaron caro. Eso si,
con aire acondicionado y TV para admirar las bellas y amables ciudades de
manzanas, calles, plazas y patios del mundo.
Comentarios
Publicar un comentario