Ir al contenido principal

La Plaza, el Palacio y el Salón. 10.05.2001



Ortega y Gasset recuerda como griegos y romanos "decidieron"  separarse del campo limitando un trozo "mediante unos muros que opongan el espacio incluso y fi­nito al espacio amorfo y sin fin". Un pedazo de espaldas al resto, que prescinde del resto y se opone a él. Un espacio sui generis, novísimo, en que el hombre crea un ámbito aparte puramente humano: el espacio civil (La rebelión de las masas ). En el Nuevo Mundo el Imperio Español reglamentó estos espacios después de que espontáneamente se trazaron cerca de 300 ciudades a lo largo del continente a principios del XVI: "La Plaza Mayor donde se ha de comenzar la población, siendo de costa de mar, se debe hacer en el desembarcadero del puerto, y si fuere lugar mediterráneo en medio de la población: su forma en cuadro prolongado, que por lo menos tenga de largo una vez y media de su ancho, porque sea más a propósito para las fiestas de a caballo y otras: su grandeza proporcionada al número de vecinos, y teniendo considera­ción a que las poblaciones pueden ir en aumento..." (Recopilación de las leyes de los reinos de Indias.).
          Hasta bien entrado el XVII la plaza de Cali, que como casi todas fue apenas cuadrada (o casi), tuvo pocas casas y muros que la opusieran al amplio espacio que rodeaba esa "ciudad" que solo lo era ante el notario y el proyecto ambicioso de la conquista. Insólita plaza, abierta, luminosa y llana, que en medio del campo lo negaba en la imaginación. No tenía árboles pero su suelo de pasto seguía la pen­diente natural del terreno, y su forma torcida correspondería a una agrimensura de descuidados pasos. En su centro estaba sólo el "rollo" de los ajusticiamientos y, por supuesto, de la arbitrariedad. Poco a poco la rodearon casas y calles y se constituyó en el cen­tro simbólico de la ciudad. En su espacio vacío las miradas se cruzaban, encontraban y concen­traban. Sus usos múltiples y heterogéneos eran abigarrados en los días de fiesta y de mercado cuando se intercambian mercancías e informaciones al confluir todos los ciudadanos en una gran "visita colectiva" como la llama Edgar Vásquez (Historia del desarrollo urbano en Cali ). En 1745, cuando todavía pastaban allí vacas y burros, se levanta un campanario de guadua para la iglesia matriz y se exige al cura doctrinero "que en las funciones de fiestas salga a los encierros de toros y a capitanear con ellos a los matachines, acción por cierto que bien especulada por la prudencia y no por la mali­cia, parece que merece más bien aplauso."
          Con la Revolución Francesa las estatuas de los soberanos cayeron, reemplazadas, en el centro de las plazas reales, por árboles de la flora regional. En la Nueva Granada, 30 años después, Nariño introdujo este rito republicano sembrando un arrayán en el centro de la Plaza Mayor de Santa Fe, justo donde había estado el cadalso virreinal. Muchas ciudades americanas siguieron ese ideal europeo que identificaba lo republicano con lo clásico. El espacio abierto, luminoso, llano y vacío de la plaza de Cali, rebautizada en 1813 cuando se juró la Constitución de la monarquía española, lentamente se vuelve parque. Se suspendieron las fiestas, y el mercado semanal, las carreras de caballos y las corridas pasaron a otras partes. En 1875 el Cabildo ordenó una pila en el centro y árboles dispuestos simétricamente pero sólo hasta 1888 se sembraron cuatro almendros. Hacia 1890 se la cercó y se sembró una inmensa zapallera. En 1898 se construyeron sus parterres. Ya en el XX se cer­ró con una verja de hierro, con puertas de torno en medio de cada frente, que no duro mucho. Después se sembraron sus características filas de palmeras pero la penumbra y el desorden crecieron con los árboles que quedaron. Lo que fue ágora se llenó de elementos pero se vacío de actividades y comunicaciones.
          Hoy el Parque de Caicedo, que sigue siendo el centro de la ciudad, ha recobrado la vida popular de los portales de la vieja plaza, pero el Palacio Nacional -que lo preside- fue abandonado hace años a su peor suerte por gobiernos municipales sin imaginación ni cultura ciudadana, como quedó en evidencia al ser abierto al público el Salón Regional de Artistas organizado en sus maltrechos recintos por la Facultad de Artes de la Universidad del Valle.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d