Ir al contenido principal

Il Poverello y la arquitectura. 02.12.1999


A la memoria de Renato Giovanelli

          Dice Álvaro Mutis (Artes de México, N° 23 de 1994) hablando de la biblioteca del gran arquitecto mejicano Luis Barragán, en la que muchos libros se refieren a la orden franciscana y su fundador, que "no es […] una mera coincidencia […] el impacto que hizo en el arquitecto la seráfica lección del Poverello. La escueta función de la luz sobre los muros, las formas que tienden casi todas a repetir fragmentos de la cruz, la líquida transparencia de sus espejos de agua, la selección de los colores, la limpidez  de la ordenación del espacio habitable, todos estos elementos  que signan y enaltecen la obra de Barragán, son un secreto homenaje al ideal franciscano […] una voz y una obra como la de Luis Barragán nos están llamando al orden […] que él supo proponer en cada una de las casas que construyó, en cada muro y en cada jardín que diseñó, con la fe de los que saben que la creación de belleza es una forma altísima de oración." Cree Mutis que todo arquitecto cumple una función religiosa en su esencia:  "construye la habitación donde ha de morar y laborar el hombre, criatura de Dios rescatada por la sangre de Cristo." En la antigua Roma toda construcción se iniciaba con ritos propiciatorios que tienen en todas las religiones un significado trascendente que se celebra de las más diversas formas. Todo esto lo debió entender a cabalidad Barragán, piensa Mutis, "con intensidad y constante inspiración hacia una idea que no debía estar muy distante de la que inspiró al gran santo de Umbría y a los misioneros franciscanos que vinieron a tierras de América."
          Aunque San Francisco había advertido "que los hermanos se preocupen mucho de no recibir iglesias, ni habitaciones, ni nada de lo que los hombres construyen para ellos" a poco de morir se inició apresuradamente la magnifica basílica de Asís (ya restaurada después del terremoto de hace unos años) y otra iglesia en su amada Porciúncula. Pero fue en  América, como menciona Mutis, que la Contrarreforma y el Nuevo Mundo produjeron esas maravillosas iglesias y conventos coloniales dedicadas al santo, desde California y La Florida hasta la Patagonia, que hoy abandona la orden que los levantó y cuyas lecciones de arquitectura y austeridad ya ni siquiera ve. En el país sus muchos ejemplos incluyen en Cali la maravillosa Torre Mudéjar de la Iglesia Vieja de San Francisco, cuyo arquitecto aun se desconoce, la que pronto habría de dar paso a la ambiciosa Iglesia Nueva, posiblemente diseñada por el presbitero Andrés Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia. Comenzada en 1803 en el periodo co­lonial, fue terminada en 1827 en plena Independencia. La escueta función de la luz sobre los muros y la intensidad y limpidez del espacio arquitectónico que enaltecen la inspirada Torre Mudéjar fueron remplazados por la imagen de un historicismo que tenia al Gesù de Vignola, de Roma, como ya trasnochado modelo.
          Intensidad e inspiración que han desaparecido en la arquitectura actual de Cali. Por ejemplo, en los bloques recientes de la Universidad de San Buenaventura se ha confundido la vistosidad con la buena arquitectura y poco se respetaron los austeros y ordenados edificios del anterior seminario franciscano que allí había y menos aun el maravilloso paraje casi idílico en que están. Es como que poco hubiera interesado lo que Mutis descubrió de la arquitectura en la biblioteca de Barragán: la luz sobre los muros, los reflejos de los espejos de agua, los tonos y claroscuros. Pero ya desde la fundación de la orden había aflorado el conflicto entre los "espirituales" y los que solo querían modificar sus restricciones sobre la propiedad. El célebre (y espiritual) filósofo franciscano Guillermo de Ockhan fue excomulgado en 1328 por diferir del papa en este asunto. Hoy parece olvidada del todo la seráfica lección del Poverello, como se conoce a San Francisco, cuya notoria virtud y ejemplo era su sensato amor a la austeridad y la verdad, propias, precisamente, de nuestra mejor arquitectura regional: la tradicional pero también la moderna. Como la de Borrero Zamorano y Giovanelli en los 50 y 60.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta co...

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Sa...

Viaje a la arquitectura

  Recorriendo su bello país de la mano de José Saramago (Azinhaga, Portugal 1922-2010 Tías, Las Palmas, España, Premio Nobel de Literatura de 1989) de octubre de 1979 a julio de 1980, es muy grato encontrar a lo largo de Viaje a Portugal, 2022, más de 726 páginas de comidas, bebidas, gentes, paisajes, plazas y parques. Y capillas, iglesias, palacios, castillos y murallas -17 declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- la gran mayoría muy interesantes para entender, con las palabras de Saramago, en qué consiste lo emocionante que pueden ser, y por qué “la utilidad no es incompatible con la belleza” (p. 450) y que “la arquitectura, sólo por sí, puede hacer feliz a un hombre” (p. 439). Escribiendo sobre la iglesia del Senhor Bom Jesus, en Matosinhos, dice Saramago que su arquitecto, Nicolau Nasoni (San Giovani, Valdarno, Italia 1691-1773 Oporto, Portugal) supo “entender los misterios del granito lusitano, darles espacio para llegar mejor a los ojos, alternando lo oscuro de la...