Una de las obras mas interesantes y
bellas de las muchas que se han realizado en Berlín en los últimos años, ahora
que es nuevamente capital de Alemania, es un largo y alto muro, quebrado como
solía hacerlo el gran arquitecto finlandés Alvar Aalto, conformado por grandes
persianas de bronce verde, al lado del Tiergarten, el gran parque de la ciudad,
en un barrio en donde había antes de la Guerra diversas embajadas, entre ellas
las de Finlandia y Suecia, las que cedieron sus lotes adyacentes para el
proyecto. Adentro están, formando una plazuela y separadas por evocadores
espejos de agua, los edificios de cinco pisos de las misiones de Islandia,
Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca, mas un edificio de servicios comunes y
un parqueadero en el sótano. El conjunto fue el resultado de un concurso entre
arquitectos de la Unión Europea, que ganaron Alfred Berger y Tina Parkinen; y
cada una de las embajadas, el de otros entre arquitectos del respectivo país.
Interesante
ejemplo para los concursos de arquitectura en Colombia éste concurso, a varias
vueltas y escalonado. Fue similar al empleado en la Potsdamer Platz, también en
Berlín, en donde, a pesar de que hasta ahora no ha sido tan exitoso,
arquitectónicamente, ha producido mejores resultados que los insípidos
edificios de vidrio que rodean la Biblioteca Nacional de Francia y que
terminaron por quitarle todo ímpetu a sus cuatro torres también de vidrio, que
hoy, desde el centro de la ciudad, ya no se destacan en el paisaje parisino, al
lado del Sena, como fue su propósito. Los concursos de arquitectura bien
realizados han producido desde que existen importantes edificios, pero en
Colombia, en lugar de mejorarlos los hemos ido dañando, al punto de que ahora
los deciden más los abogados que los arquitectos.
Pero
lo mas importante es que ya se ha establecido en Europa una manera diferente
–civilizada- de intervenir arquitectónicamente en las ciudades. La información
previa y con suficiente tiempo sobre las obras que se piensa acometer, la
polémica ciudadana, la participación de profesionales calificados, los
concursos bien hechos y para todo, las reglamentaciones edilicias claras y
pertinentes, el respecto por el patrimonio construido e incluso por la simple
huella de lo anterior, la limpieza del paisaje urbano retirando cada vez mas la
publicidad del espacio público y el mantenimiento oportuno de lo que se hace,
contrastan con la atarbanería, la ignorancia y mal gusto con que seguimos
tratando a Cali, muchas veces con la mejor voluntad.
Muy
buenas todas las embajadas de los países nórdicos, sin embargo la mejor es la
de Finlandia, de Rauno Lehtinen, Pekka Mäki y Toni Peltola. Recién graduados,
era su primer concurso importante, fue su primer trabajo y ya han recibido
varios premios internacionales. El edificio, llamado “Kannel”, una variación de
“kantele”, un instrumento musical, cuenta con apenas 1.860 metros cuadrados y,
como los otros, es muy sencillo y evocador. Fue inaugurado en octubre de 1999.
Está construido principalmente con vidrio, metal y piedra en varias formas, y
madera, mucha madera, que alude al paisaje, los bosques y la arquitectura
tradicional finlandesa, y por supuesto concreto estructural.
Magnífico ejemplo,
este, para los cinco países bolivarianos o para los cuatro que formaron la Gran
Colombia, o al menos para Colombia y Panamá, que podrían tener una sola sede en
Berlín o, incluso, una única embajada ante la Unión Europea y consulados
generales en sus distintos países. No en vano compartimos la lengua, la religión,
la arquitectura y en general la cultura y los paisajes andinos, como también a
Bolívar, y su bandera (con excepción de Panamá y Perú), y casi que la moneda
pues ya Panamá y Ecuador funcionan con dólares americanos. Pero tal vez sería
demasiado ahorro, y Venezuela ya tiene su embajada ante Alemania en un bello
palacete en Potsdam, a poco más de media hora del Reichstag; y de todas maneras
no sería en Berlín sino en Estrasburgo; y qué embajador querrá irse para allá,
al fin y al cabo también compartimos el subdesarrollo, que, como se sabe, es un
problema mental.
Comentarios
Publicar un comentario