Desde hace unos años son pocos los
eventos que en general se realizan en las seccionales de la SCA sobre nuestra
arquitectura y ciudades, con la notoria excepción de la de Bogotá que
recientemente ha realizado dos importantes exposiciones sobre la mejor
arquitectura colombiana. En los congresos nacionales cada vez menos hay temas
pertinentes para los arquitectos proyectistas, ni se invitan las figuras que
les deberían interesar, ni han estado los autores que deberían leer, ni los
críticos que deberían escuchar, ni los mas interesantes arquitectos colombianos
ni nuestros mejores historiadores o profesores. Cada vez mas se da cabida a
actividades como la planificación, el urbanismo o el paisajismo, por ejemplo,
lo que por supuesto está bien, pero lo malo es que la arquitectura misma ha ido
perdiendo espacios.
De otro lado, e
irremediablemente, los arquitectos proyectistas tienen que enfrentar aquí la
des regularización mundial de la profesión y casi ninguno puede aplicar las
tarifas oficiales, pese a que se supone que son de carácter obligatorio. Y
muchos de los que tienen mas trabajo son ahora los que menos participan en las
bienales y poco opinan sobre nuestra arquitectura y ciudades. Por lo demás, en
Cali por ejemplo, casi ninguno de la decena de los arquitectos que aquí
trabajan diseñando asiste a los eventos de la SCA, y solo muy pocos de nuestros
académicos es socio. Solo una parte de sus socios esta activa, y entre todos
apenas suman un porcentaje mínimo del total de arquitectos que viven y trabajan
aquí.
Las Bienales de
Arquitectura Colombiana, por su parte, no muestran críticamente lo que se está
haciendo en el país y apenas recogen los trabajos seleccionados de entre los
que los arquitectos proyectistas han querido mandar, y sus catálogos no
circulan entre el público general. Los arquitectos no cuentan con una
publicación periódica oficial y es poco lo que hacen para dar a conocer su
trabajo. Y, al contrario de otros países como España, en donde El País de
Madrid dedica media pagina semanal a la arquitectura, nuestra prensa solo se
ocupa de los constructores y promotores que pautan y jamás menciona a los
arquitectos de los edificios que muestran de vez en cuando. Además rara vez se
cumple con la norma de poner en las obras su nombre y matricula. Sus opiniones
y trabajo casi nunca son valorados.
Desde luego los
responsables de esta situación somos los arquitectos. Deberíamos hacer algo
junto con las mejores escuelas. Como los planificadores, urbanistas o
paisajistas, o los avaluadores, que han formado sus propias asociaciones
filiales de la SCA, y de la cual forman parte, tendríamos que formar una
Asociación de Arquitectos Proyectistas. Asunto de gran urgencia pues en la
mejor escogencia de su arquitectura se juega el futuro físico de nuestras
ciudades, muchas en rápida transformación. Y, lamentablemente, sobre todo en
Cali, cuando los políticos, promotores o simples clientes escogen un arquitecto
lo hacen apenas para que diseñe un edificio y no también una parte de cada
ciudad, con los que ya existen, lo que debería ser mucho mas importante pues
contribuye a la calidad de la vida en ellas.
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