Los
candidatos a la alcaldía y consejo municipales representan consciente o
inconscientemente a los sectores económicos que los financian y a los
socio-culturales a que pertenecen, pero manifiestan que lo hacen, por lo
contrario, a favor de Cali y todos sus ciudadanos, con un “altruismo” que
tendrían que demostrar. La mayoría ni siquiera ha expresado tener conocimiento
de los problemas medioambientales que afrontamos, ignorando irresponsablemente
su importancia para que simplemente podamos seguir viviendo aquí. Algo dicen
sobre la eventual carencia de agua potable, pero nada sobre su despilfarro y el
de la energía eléctrica, ni sobre los problemas ecológicos al generarla, nada
sobre los carros, taxis y buses subutilizados que entorpecen la movilidad
urbana, ni sobre la contaminación por el uso de combustibles de origen fósil, y
nada, especialmente, sobre la sobrepoblación y tamaño de la ciudad. Y desde
luego tampoco les interesa su belleza -se ve en sus pasacalles-, desconociendo
su importancia para una mejor calidad de vida urbana.
Es como si no leyeran los informes
cada vez mas frecuentes de la prensa mundial sobre el calentamiento global y la
explosión demográfica, de la que sin tapujos escribió Antonio Caballero
recientemente (Semana 09 y13/09/2007) y se ha hablado en esta columna en varias
ocasiones. Dos hechos que reducen aceleradamente la biodiversidad y afectaran
cada vez mas la manera como vivimos y a la larga nuestra vida misma. Es como si
representaran a los vendedores de carros y a las industrias obsoletas,
incluyendo la de la construcción, culpables del primero, y a las creencias
oscurantistas que insisten en ignorar la segunda. Si han visto el documental de
Al Gore creerán que es como de otro planeta. Siguen pensando que las basuras
son solo desperdicios, les preocupa la delincuencia pero no la seguridad, la
falta relativa de vivienda pero no la carencia muy grave de espacio urbano
público, la educación formal pero no la inexistente educación ciudadana y la
salud pero no las malas condiciones de salubridad de la ciudad. Y hablan de
generar empleo cuando en lo que muchos piensan es en repartir contratos.
Hay
que votar por los que tengan mas posibilidades de evolucionar como lo hicieron
los de “Cali puede” al retirar sus pasacalles. Por los que nos hablen al
cerebro y no al corazón. No nos dejemos engañar por esos publicistas
profesionales o aficionados que creen que los políticos se “venden” como si
fueran jabones, pues así como son cínicos cuando dicen que la publicidad
consiste en hacer que la gente compre lo que no necesita con el dinero que no
tiene, son profundamente antidemocráticos cuando nos invitan a votar con
promesas que no se pueden cumplir o con tonterías que son peores sus mentiras
usuales, mientras eluden asuntos que se están volviendo como de vida o muerte.
Pero, claro, el problema es que muy probablemente no lo serán en los próximos
cuatro años. Por eso hay que votar por los que solo propongan mejoras
prioritarias y posibles para el presente de la ciudad y sus ciudadanos pero
pensando en su futuro y conociendo su pasado. Ver a nombre de quien actúan y que
representan.
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