Desde comienzos de la década de 1930 se
insistió en un plan de ordenamiento pero sólo en 1946 lo elaboraría el
urbanista austriaco Karl Brunner cuando la ciudad tenia unos 90 mil habitantes.
Este ya había diseñado Santa Teresita y San Fernando alto, en 1940 y, en 1945, Miraflores, Santa Rita,
Versalles, Santa Isabel y algunos barrios "obreros" para el
Ferrocarril del Pacífico, como La Campiña. Pero su Plano Futuro de Cali no fue
utilizado pues después de la II Guerra Mundial se imitó mas a Estados Unidos
que a Europa y, en 1951, se contrató a la oficina norteamericana de Winer y
Sert que, como participantes activos de los Congresos de Arquitectura Moderna,
CIAM, se los veía como representantes eximios del urbanismo moderno (Relator,
9/1/1951).
Su Plan Regulador
(dibujado en 8 planchas) invertía la estructura y zonificación de la ciudad y
proponía rescatar el espacio público y la calidad urbano arquitectónica del
casco viejo para que se pudiera volver a morar allí con tranquilidad. Grandes
avenidas laterales evitarían el tránsito pesado por el centro cuya actividad
comercial se desplazaría a los barrios Guayaquil y Bretaña, futuro “corazón”
de Cali cuando alcanzara un millón de habitantes. Allí, en la Escuela de Artes
y Oficios (Crs.13 a 20 y Cls. 8ª a 15), quedarían los gobiernos departamental
y municipal, la biblioteca, un teatro y la nueva Catedral. El hipódromo, el
estadio y la plaza de toros en San Fernando; la plaza de mercado en Belalcázar
y se precisaba la ubicación de la industria. La rectificación y ampliación de
las calles se desecho pues sería hacer tabla rasa con cerca de 300 manzanas,
cosa que no se había ensayado en ninguna parte.
Pero en Cali sí se intentaría
pues Winer y Sert no habían considerado la propiedad del suelo ni la “pulsión”
de los caleños ricos por “modernizar” su ciudad pero en el mismo sitio de sus
viejas casas para valorizarlas. Cuando el proyecto todavía era "un secreto
que no podía ser conocido” fue cambiado por la nefasta idea de hacer una
capital “moderna” en donde por cuatro siglos se había levantado la bonita villa
colonial. Se comenzó con funestos retrocesos, con frecuencia diferentes, dizque
para ampliar las calles pero que buscaban era acabar con las casas, se abuso
del desarrollo técnico para hacer edificios innecesariamente altos y después se
optó por la demolición masiva para abrir nuevas vías siempre incompletas.
En 1953 por fin se
creo la Oficina del Plan Regulador y se definió el Código Urbanístico
reglamentando la zonificación y usos del suelo y las normas de construcción y
control, que no se han dejado de modificar desde entonces. Así, la
planificación de Cali solo ha “logrado” la destrucción de los paramentos de sus
calles –y no solo las del casco viejo- con antejardines ocasionales, pórticos
parciales, retrocesos caprichosos, voladizos abusivos, diferentes líneas de
paramento, horribles culatas, alturas distintas y usos inconvenientes. Fue el
cambio inevitable pero desafortunadamente negativo de una pequeña ciudad bien
“sabida” por sus ciudadanos por una enorme y mal “pensada” por los
profesionales: no es sino ver hoy lo que pasa en el sur.
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