Para la Plaza de San
Francisco el Plan del Centro Global propone un parqueadero publico debajo. Su
aspecto actual solo se modificaría con la rampa de acceso, las escaleras y los
respiraderos necesarios. Se debería considerar de nuevo, eso sí, la propuesta
original para la actual Gobernación del Valle, que incluía una construcción
baja para conservar el perfil de la Carrera 6ª a lo largo de la iglesia vieja
de San Francisco. Lamentablemente solo se construyo una parte quedando la Torre
Mudéjar apabullada por el edificio. Posteriormente, cuando se diseño la plaza,
y para remediar en algo esa torpe decisión, se marcó en el piso, con un muro
bajo y ancho, la huella del antiguo paramento de la calle y la plazuela que
allí existieron, pero desafortunadamente se movió de la estatua de cuerpo
entero de Fray Damián González (donada en 1910 por la Tertulia Scarpetta), la
que se debería regresar a su sitio original junto con el alto pedestal que
tenia.
El Plan propone también la
remodelación del parqueadero oficial de la Gobernación del Valle que hay sobre
la Carrera 7ª, entre Calles 9ª y 10, haciendo mas niveles subterráneos para
sustituir el que está actualmente en su superficie. Se transformaría en un
nuevo espacio publico para la ciudad (coincidiendo con la iniciativa del
Gobernador Angelino Garzón en el mismo sentido), que vincule el edificio de la
Gobernación con el del antiguo colegio de San Luis Gonzaga, en donde funciona
la Asamblea Departamental. Las alternativas son varias: plazuela, atrio o
parque, para nombrar solo las mas evidentes, e implicaría un cambio total de la
deplorable imagen que allí existe.
Igualmente el Plan plantea la
continuación de la peatonalización de la Carrera 6ª hacia el barrio de San
Antonio, ya prevista para los 450 años de Cali. Esta calle, cada vez mas
importante como calle y menos como vía, pues sobre ella están las nuevas sedes
culturales de Comfandi y Confenalco y las instalaciones posteriores del Teatro
Municipal, debería continuar hasta la iglesia de San Martín de Porres para
terminar, posteriormente, en la característica colina de San Antonio, con su
hermosa capilla mudéjar y su concurrido mirador sobre la ciudad. Habría que
permitir, desde luego, el acceso a los pocos garajes existentes a todo su largo
y la circulación restringida a ciertas horas de ciertos vehículos, o que
funcione de manera similar a la Calle de la Escopeta, a buena hora remodelada
por iniciativa de la SCA.
Las calles de los alrededores de la
Plaza de San Francisco, la Gobernación, el nuevo espacio público y el conjunto
franciscano, con su claustro, sus dos
iglesias y la Torre Mudéjar, se integrarían al espacio peatonal de la plaza
dejando para la circulación vehicular solo un carril ancho igual al propuesto
para las calles aledañas a la Plaza de Caicedo (ver la anterior columna
¿Ciudad?), que permita el paso de un carro mientras otro esta parado
ocasionalmente. Dichas calles habilitarían la unión peatonal de ambas plazas
multiplicando el impacto detonante del conjunto de los proyectos propuestos
para el centro tradicional pero que repercutirían en toda la ciudad. Todas
estas intervenciones por supuesto deben ser objeto de un concurso público de
ideas, que permita seleccionar primero las mas convenientes, para decidir, en
una segunda vuelta, cual sería su mejor diseño.
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