Con La Concepción, Cañasgordas y
Sachamate es una de las casas de hacienda coloniales mas importantes del valle
del Alto Cauca por su arquitectura, paisaje, ambiente e historia.
Afortunadamente hay la posibilidad de que Florida –a la que dio nacimiento- la
trueque por impuestos. Cercana a su casco urbano, mira al piedemonte de la
cordillera, en donde probablemente hubo un vecino poblado de indios. Sus dos
naves de un piso forman una "L" rodeada por un corredor periférico,
cerrado posteriormente en las esquinas, lo usual en el siglo XIX cuando se
construyeron ya así nuevas casas como El Paraíso. Sus muros son de embutido y
tapia pisada, pisos de ladrillo y madera, y cubierta de parhilera, teja de
barro y cielorrasos posteriores. Las barandas, zapatas y piederechos están sin
tallar y pintados de rojo, siendo estos últimos cuadrados, de posición normal e
intercolumnios regulares.
Cuenta con portada, y
la ramada y la pesebrera cierran su gran patio cuadrado, bordeado por una
acequia de ladrillo. Su estabilidad era hasta hace unos años buena, cuando se
continuaba usando como vivienda de la hacienda, exceptuando la bonita capilla
doctrinera, ya en mal estado y con un tapial sustituido por ladrillo y el piso
por baldosas de cemento. Alineada con la casa, tuvo coro y su arco de entrada
presenta una ornamentación similar a la de la puerta de La Merced en Cali. Es
una de las tres únicas que quedan en las casas de hacienda de la región. Los restos
de un acueducto suponen un trapiche anterior al actual, que es de principios del
siglo XX y cuyo cercano e interesante campamento de dos pisos, "La
Amarilla", ahora en muy mal estado, habría que adquirir también.
Estas casas son parte muy
importante de la herencia cultural de una región agraria en la que la hacienda
ha jugado un papel principal económica y socialmente, constituyendo la mayor
riqueza de su patrimonio arquitectónico, siendo notable la cantidad que aún
existe. Construidas siguiendo el mismo modelo de los cortijos andaluces, son la
vivienda señorial que se impone en el paisaje como símbolo de la
transformación del latifundio en una verdadera unidad productiva en el XVIII,
adquiriendo características propias. Su tradición se remonta, a través de
España, a Mesopotamia y Egipto, y ha producido alrededor del Mediterráneo,
Ibero América y el Asia tropical las arquitecturas mas entrañables que haya
visto la humanidad.
La propuesta al
Municipio de Florida es oportuna y de importancia educativa, turística y
recreativa y, bien manejada, un buen negocio. El patrimonio construido
representa una inversión económica, un galvanizador social insuperable y un
modelo urbano y arquitectónico de primer orden. Fue lo que no vieron en las
ultimas décadas los alcaldes de Cali, cuando se hubiera podido adquirir a bajo
costo lo que quedaba de Cañasgordas para llevar a cabo un correcto desarrollo
urbanístico que hubiera pagado la adquisición del predio y la restauración de
la casa y su trapiche, y beneficiado a la ciudad. Hoy sus alrededores están
pésimamente urbanizados, la casa perdió su intimidad y su ya costosísima
restauración solo se podrá terminar con ayuda del Estado.
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