Los que van en un vehículo propio a sus
diferentes lugares de destino y lo dejan allí en un estacionamiento particular,
o que un conductor lleva y trae, son la excepción. Pertenecen a los estratos mas
altos y solo caminan en los centros comerciales y los campos de golf; de ahí
que solo usen los andenes para estacionar sus carros. Pero la gran mayoría de
los ciudadanos tiene que caminar por las calles al menos al inicio y final de
sus desplazamientos. Ya sea que recurra a un transporte colectivo, tome un taxi
(o una victoria o similar) o use una bicicleta, motocicleta o carro particular.
Por eso los andenes pasan a ser de primer orden pues cerca del 80% de los
habitantes del país ya estamos viviendo en las ciudades, y estas carecen de
ellos con la parcial y reciente excepción de Bogotá.
Pero como buena parte de nuestros
nuevos ciudadanos vienen del campo o de pequeños pueblos, están acostumbrados a
caminar por el medio de las calles; de ahí que no les importe tener que hacerlo
por las calzadas. Y los que ya crecieron en las ciudades aun no han tenido la
oportunidad de conocer andenes de verdad ni siquiera los de Bogotá. Es
imprescindible enseñarles a caminar únicamente por ellos y sin estorbar a los
demás. A cruzar por las esquinas, enfrente de los carros y no por detrás, y no
corriendo por la mitad de la cuadra. A respetar los semáforos y a hacerlos
respetar de los conductores. A no invadir los andenes. Por eso el urbanismo y
la urbanidad se deberían enseñar desde el colegio y no apenas unas normas de
transito que por lo demás poco se cumplen.
Cursos que deberían
tomar alcaldes, concejales, funcionarios municipales y lideres cívicos. Y esos
despistados que creen que con mas puentes se resuelven los trancones ignorando
que nuestros problemas de circulación se deben a la incoherente mezcla de
modelos europeos y norteamericanos, la pésima señalización y demarcación de
carriles en nuestras ciudades, la carencia de suficientes semáforos sincronizados,
la indisciplina de los conductores de motos y carros, y porque los peatones y
ciclistas tienen que ir por las calzadas por la falta de andenes y ciclorutas.
Como en Barcelona y muchas otras
ciudades, la circulación de vehículos y peatones se podría solucionar
satisfactoriamente con semáforos en todas las esquinas, buenos andenes y
ciclorutas de verdad, al menos en las áreas centrales.
En últimas se trata de
escoger entre una ciudad en la que el espacio urbano público es primero que
todo para los peatones, que lo somos todos, o una para los carros particulares,
que aquí son de una minoría, y que hoy representan uno de los mas graves
problemas medioambientales del mundo. Es toda una expoliación que casi todas
las obras en el espacio urbano publico que se realizan en Colombia con los
dineros de los contribuyentes hayan sido pensadas únicamente para esa minoría.
Pero solo podremos escoger bien cuando todos aprendamos que las calles no son
exclusivas para los vehículos y que lo prioritario en ellas son los andenes
para los peatones. Cuando nos bajemos de los carros que todos adoramos pese a
que la mayoría no los pude comprar y muchos ni siquiera se han podido subir.
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