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¿Ya la vieron? 19.10.2006


Al parecer ya nadie se acuerda en Cali de cuando la Calle Quinta se llamaba Carrera Quince y era un bellísimo bulevar de samanes desde el que fue el Parque de los Estudiantes (ahora un feo intercambiador vial) hasta la actual sede de la Universidad del Valle, a medio camino a Jamundí. La nueva Calle Quinta es un triste encementado con un separadorcito sin árboles, palmas raquíticas en retazos de anden, luminarias baratas que no económicas y muchas sobre diseñadas y exageradas estaciones en medio. Desafortunadamente, mientras en la capital son cada vez mas los que ven los problemas de tratar de hacer un metro de superficie siguiendo el modelo de Curitiba de hace 30 años, en ciudades mas grandes y cuyo trazado no se presta para ello, los que aquí advertimos desde el principio que el Mio, como esta diseñado, no cabía por la Quinta, no hemos tenido eco alguno. Prevalecieron las muchas mentiras piadosas que nos han dado uno tras otro los varios presidentes que Metrocali ha tenido absurdamente en su corta vida.
           Desde luego muchos encontrarán la nueva Calle Quinta mas bonita que antes (pues ya había perdido muchos samanes) y las muy vulnerables estaciones (van dos)  imitación Higt Tech de 800 millones de pesos cada una les perecerán muy modernas, y dirán que los samanes y comerciantes eliminados a lo largo de la troncal tenían que dar paso al progreso. Al fin y al cabo nos han vendido espejitos toda la vida y seguimos pensando que el Mio es lo mas importante en Cali desde los Juegos Panamericanos de 1971. Hubiera podido ser pero lamentablemente ha continuando con esas acciones destructoras de ciudad iniciadas precisamente con motivo de dichos Juegos. ¿O que otra cosa fueron las ampliaciones viales siempre sin terminar (como hoy la nueva Troncal de la Carrera Primera) y las demoliciones para dar paso a nuevas vías siempre incompletas?  O el desplazamiento del equipamiento urbano a los municipios vecinos, como ese Centro de Eventos en el municipio de Yumbo que prestará sus servicios a la ciudad de Cali, como el aeropuerto, y al cual ni siquiera llegará el Mio. Para no hablar de nuevo de las torres de Babel que tapan la vista y la brisa de los cerros.
Mirando la Quinta en los tramos que han “dado al servicio” aunque como se acostumbra entre nosotros no estén terminados y mucho menos en uso (en dónde están los buses articulados), podemos ver lo que va a pasar desde la Plaza de Toros hasta la Universidad del Valle si no se modifica el diseño del Mio en ese trayecto, y ya dijeron que no. No quedaran sino unos pocos samanes y el mismo encementado de lado a lado. ¿Por qué las calzadas son de cemento y no de asfalto? No es por los buses articulados, con cuya disculpa se siguen tumbando puentes recientes en buen estado ( también van dos) como para gastar mas cemento, pues en casi todas partes circulan por vías asfaltadas y sin tener que demoler nada. Y hacerlas de un material diferente al de los andenes precisamente evita que se vean desoladas y feas. Ya es tiempo de una nueva marcha en defensa de los samanes y amplios separadores verdes de lo que queda de la Calle Quinta. Al menos para caminarla y verla por última vez.

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