Pasar los buses
articulados (que deberían usar solo alcohol vallecaucano) por debajo de la 13
hubiera significado la quiebra de su comercio (como pasó en la 30 en Bogotá),
el aumento del deterioro del centro y probablemente el entierro del MIO. La
improvisación, la burocracia, el afán, la desinformación y por supuesto las
mejores intenciones, casi se imponen pero afortunadamente se logró vencer la
apatía, propia de los caleños en los últimos tiempos, y la ciudad se manifestó.
Sin embargo, pasarlo a nivel por la 13, como se ha decidido, no es la mejor
solución pues, como ya se sabe, allí no cabe bien. Hay que estudiar seriamente
su paso solo por la 15, evitando que se conforme una “muralla” de estaciones
mediante circulaciones semi subterráneas para sus usuarios, como propone el
arquitecto Juan Carlos Vallecilla, o pasarlo por en medio de las manzanas, como
lo plantea el arquitecto Federico O´Byrne.
También
se podrían usar las calles 15 y 21 y las carreras 10 y 15, como sugiere el
arquitecto Juan Marchant, para que pase tangencialmente al centro tradicional
mediante “circuitos” que se entrelacen y permitan que la gente acceda a
estaciones cercanas a la Plaza de Caicedo, en la carrera 15 y la calle 10, en
donde las puede haber en numero suficiente. Esta solución permitiría que los
usuarios solo tuvieran que recorrer en el centro ampliado (que llega hasta la
calle 25) unas cuantas cuadras para acceder a los buses, que los expresos norte
sur puedan pasar derecho sin aproximarse al centro tradicional, y disminuir los
transbordos.
Tiene
la ventaja, además, de no requerir grandes obras por lo que se podrá modificar
cuando se implemente finalmente el tren ligero de Yumbo a Jamundí, por ejemplo.
Y de que el resto del trafico puede seguir usando todas estas vías que, junto
con La Avenida Colombia y la calle quinta, son parte del “anillo central”
concebido con propósito de los Juegos Panamericanos que (aunque significo la
destrucción absurda de la integridad del centro y los barrios aledaños) ya esta
construido. Y por la calle 13 seguirían los buses actuales mientras que se
adelanta la adecuación de las vías para el MIO, por supuesto con las
modificaciones necesarias para que no toque reconstruirlas a los dos años (como
en Bogotá). Una vez operando el sistema se podrán ampliar los andenes de la 13
a medida que el MIO vaya reemplazando a los buses particulares, para finalmente
convertirla en el bulevar (de verdad) propuesto en el Plan del Centro Global.
En
Metrocali van a tener que pararle bolas a este y los demás trabajos recientes
sobre el centro, que desarrollan el POT, pero que han ignorado, presos de un
“sistema operativo” al que nadie tiene acceso. Al tiempo, el Alcalde y el
Consejo tendrían que apoyar la constitución de una verdadera autoridad única
del transporte urbano de la ciudad (el MIO es apenas una parte del sistema de
transporte colectivo el que a su vez es solo el componente motorizado del
transporte urbano), que tendría que funcionar de la mano de Planeación pues los
otros componentes son los carros, las motos, las bicicletas y los peatones. La
planificación de todo este sistema es un asunto nada menos que de concebir y
diseñar la ciudad: en donde deben quedar las viviendas y los lugares de
trabajo, comercio, estudio, servicios y recreación, y como se va de unos a
otros.
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