El presidente de
Metrocali informa que en la Quinta se van a trasladar 1.253 “especies menores” en “mal estado” a las cuales les van
a hacer el “tratamiento correspondiente”, pero un funcionario (que ya lleva
cuatro presidentes) dice que solo “intervendrán” 134 y erradicaran 37, y habla
de los 5.000 M2 de jardines ya realizados como si fuera una compensación. Por
su parte, el director de la CVC anunció que no había mayor problema, antes de
que sus expertos rindieran su informe (el que se desconoce) y después de
recorrer toda la Calle Quinta sin ver mucho, lo que se puede deducir pues le
llevó de las cinco de la tarde a la diez de la noche.
Al fin que ¿Cuántos árboles son?
¿Cuáles? ¿Vale la pena hacerle el “tratamiento correspondiente” a “especies
menores” que están en “mal estado”? ¿Qué entienden
por “intervenir”? ¿A quien creerle? ¿De noche todos los samanes no son
pardos? Pero da lo mismo: la alameda de
la antigua carretera a Jamundí, que comenzaba en lo que fue el Parque de los
estudiantes y cinco kilómetros después terminaba en la actual sede de Meléndez
de la Universidad del Valle, va a terminar de desaparecer para darle espacio a
los carros. Ni tontos que fuéramos ¿o si? Lo podemos inferir, considerando lo
que ya podemos ver.
Difícilmente las frágiles floresitas
amarillitas compensarán la amplia, alta, extensa y bella alameda de viejos y
grandes samanes que van a arrancar de raíz que es lo que quiere decir
erradicar, y que por lo visto nadie sabe cuantos son. Pero poco importa pues
como ya alguien lo dijo con nuestra vieja ignorancia: “un palo no se le puede
atravesar al progreso”. Queda claro (mas oscuro en realidad) que los caleños, y
especialmente los contribuyentes, nunca hemos
entendido lo que “realmente” va pasar en la ciudad con la implementación
del Mio, y no nos damos por enterados de lo que está pasando en Bogotá con el
TrasMilenio.
Hace años Einstein se quejaba de esa
perfección de medios pero confusión de fines de nuestra era. Pero aquí es peor
pues los medios no suelen ser los mejores. Gracias a las
tutelas siguen entrando buses y taxis a la ciudad y, si pasa lo mismo que en
Bogotá y Medellín, no se chatarrizara ninguno de los que tendrían que “dar paso
al Mio” como ingenuamente dice la prensa. Y allí esta la verdadera amenaza a la
alameda de la Quinta: la ampliación de las calzadas laterales para esos buses,
taxis y carros particulares, viejos y nuevos (nunca se habían vendido tantos
aquí como ahora), que circularán por ellas.
Un sistema
público y no privado, de buses bi articulados o de dos pisos movidos con
alcohol vallecaucano y no diesel contaminante, hechos en Colombia y no
importados, hubiera podido circular por el corredor férreo (si es cierto que a
la larga el tren ligero es mas costoso), alimentado por los transportadores
privados y no compitiendo con el. Se hubiera salvado la alameda de la Quinta y
se podría haber sembrado la mas larga del mundo: de Jamundí a Yumbo. Le hubiera
encantado a Enrique Peñalosa quien ignorando que Cali tuvo cinco nos recomendó
una. Al menos habría que dejar prevista su integración futura con el Mio y el tren
de cercanías ¿O no Sr. Alcalde?
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