No se debería excluir nada pero si
priorizar todo considerando los distintos puntos de vista involucrados. El
nuevo “basuro”, por ejemplo, es urgente pero lo prioritario es la clasificación
de las basuras en la vivienda, que es donde se generan. Como diría Mafalda, que
lo urgente no esconda lo prioritario.
Hay que aumentar la policía
pero con un cuerpo civil, técnico y preventivo, uniformado de policía y no de
tropa de asalto, dependiente de la alcaldía, como dice Isabella Prieto y existe
en tantas ciudades. Pero lo prioritario es la seguridad en el espacio urbano
público en donde ocurren “accidentes” debidos la mayor parte al mal diseño y
señalización y pésimo estado de las vías, y a la falta de control, y no apenas
al licor. Con las riñas de fin de semana, ocasionan mas muertes que las del
narcotráfico y la delincuencia, las que también casi siempre son en las calles.
La educación es prioritaria, pero
primero para que aprendamos a usar civilizadamente la ciudad y a respetar a los
otros, manejando y caminando bien, por ejemplo, lo que garantiza la movilidad
urbana, y la seguridad, sosiego y privacidad familiar. Y la enseñanza (sobran
“doctores” pero faltan mejores profesionales) depende, además de la formación
de mejores profesores, de un mejor ambiente familiar, social y cultural, y de
un espacio urbano público -incluido el patrimonio- mas estimulante.
La vivienda sin
transporte, espacio y equipamiento urbanos es como un gueto. La gente mejora su
casa, se ve todos los días, pero le es imposible resolver su complemento
urbano, que es prioritario, y necesariamente un problema público. Y una obra de
arte ya que se trata de que las ciudades sean bellas y placenteras, además de
seguras, educadas y saludables. Lo entiende quien haya vivido en una pequeña
vivienda en una gran ciudad: afuera encuentra todo.
En salud son prioritarias las
emergencias, educación preventiva y calidad ambiental del espacio urbano
público, además de parques, alamedas e instalaciones deportivas y no solo
puestos de salud y hospitales. Como los otros temas, es un asunto ideológico:
no vemos como problemas de salud pública la drogadicción, los embarazos de
adolescentes, o los hijos no deseados, pese a que en buena parte terminan de
delincuentes, y preferimos que mueran madres y fetos a legalizar el aborto.
Debería quedar claro que lo primero
es el espacio urbano público y por donde todos caminamos para acceder al
transporte colectivo o privado y en el que circulan todos los vehículos
incluyendo los del Mio. Y que lo urgente, entonces, es la educación ciudadana,
y los andenes y el tren de cercanías, los dos extremos aun inexistentes de
nuestra incompleta movilidad urbana.
Pero ni el espacio y
equipamiento urbanos se pueden planear, diseñar, construir, dotar y operar bien
sin control del área metropolitana y su tamaño, ni la educación ciudadana sería
tan efectiva. Como dice el Alcalde, nos emborrachamos en los municipios vecinos
pero nos matamos aquí. Cambiar el estatuto político administrativo de Cali pasa
así a ser lo prioritario. Es necesario y apremiante para muchos asuntos que
dependen o proceden de él. Buenaventura ya lo logró.
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