En años anteriores pero sobre todo
recientemente, han sido planteadas en la Junta de la SCA del Valle preocupantes
observaciones sobre algunos de los muchos problemas de Cali. De no ser
resueltos pronto pueden comprometer en el futuro cercano su buen desarrollo
urbano y, en consecuencia, la calidad de la vida en ella.
El desconocimiento del POT y sus
fichas normativas es generalizado y su ajuste urgente en algunos casos. La
total falta de control sobre la construcción y el lento y burocrático proceso
de obtener las licencias de edificación lleva en muchos casos a la corrupción o
a las vías de hecho. Todo esto hace que buena parte de lo que se está
construyendo no sea lo adecuado o no cumpla con las normas o que estas no
siempre sean las indicadas.
Continua, si es que
no a aumentado, el abandono de los cerros y los ríos. El jarillón del Río Cauca
puede ocasionar un desastre, la localización del nuevo basurero sigue sin
definir, aumenta la carencia de espacios verdes, seguimos sin estar debidamente
preparados para un eventual terremoto y de la contaminación provocada por las
industrias de Yumbo no se volvió ni siquiera a hablar.
No existe un diseño integral para
el sur de la ciudad. De seguirse construyendo allí al ritmo en que se viene
haciendo no solo habrá congestión vehicular y falta de servicios públicos, sino
que es posible que se llegue a una situación ambiental preocupante por la
insuficiencia de los alcantarillados, para no hablar de la destrucción de su
entorno natural y de la contaminación visual de su paisaje.
La degradación del Centro continua
y ahora comienza a afectar a San Antonio. Es alarmante y generalizada entre
nosotros la falta de conciencia sobre la importancia de fortalecer el centro
tradicional en una ciudad, y se continua dispersando improvisad y mezquinamente
el equipamiento urbano-regional en sus suburbios o municipios vecinos. Pero
tampoco se piensa en un área metropolitana
Seguimos extendiendo
innecesariamente el perímetro urbano en uno o dos pisos pero levantando
edificios innecesariamente altos mientras dejamos lotes de engorde entre ellos.
Continuamos dependiendo del trasporte motorizado y careciendo vergonzosamente
de andenes continuos, amplios, llanos y arborizados y de ciclorutas suficientes
y convenientes.
No se está
construyendo el espacio público que se dijo que acompañaría el MIO, ya se está
dañando lo que se acaba de construir en la Carrera Primera, aumenta la demora
en la adquisición de predios a lo largo de la Calle Quinta, se insiste en su
equivocado paso por la Calle Trece y ya comenzó la secuela de negocios
quebrados y cambios preocupantes en los usos del suelo.
Es alarmante que en
Cali sea cada vez mas difícil encontrar una calle, manzana, barrio, y mucho
menos un sector, completos y en buen estado. Casi todo está en construcción o
demolición, abandonado o sin construir: la ciudad es hoy por hoy un muy feo
reguero de retazos; ni siquiera una colcha de los mismos.
Ojalá la SCA lidere
el estudio de estos problemas. Desde luego este trabajo debería incluir otras
entidades como Planeación, Control Físico, las Curadurías, la Cámara de
Comercio, la Sociedad de Mejoras Públicas, las distintas asociaciones de
ingenieros y las escuelas de arquitectura de Cali. Sería toda una “plataforma”
para abrirle los ojos a los candidatos a la alcaldía.
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