Todo sistema de transporte colectivo es para ir rápido de un lugar a otro. Pero también debe ser seguro, confortable e incluso emocionante, como el tranvía sobre el prado en Bilbao al lado de la Ria. Asimismo es también para niños, embarazadas, ancianos, discapacitados y pasajeros con maletines. Integra trenes de cercanías, metro, tranvías, buses articulados y de los otros, y taxis. Y se pasa de uno a otro, como en San Francisco, donde aun usan los viejos tranvías de cable, o Berlín, en donde se confía en que ya se ha pagado el pasaje y el control es ocasional. Pero los heridos o enfermos, mercancías o materiales, desperdicios o basuras demandan otro tipo de vehículos. Y están las motos, cuyo transito hay que organizar, y los carros particulares que, aunque cada vez mas restringidos, como en Londres, en donde hay que pagar para entrarlos a la City. Precisan avenidas eficientes, como en Lisboa o Quito, y vías subterráneas, como en Boston, además de las viejas y bellas calles como las de Roma, Estambul o Placa en Atenas. Y hay cada vez mas bicicletas que precisan ciclorutas.
Sin embargo caminar es inevitablemente el principio y el fin de toda movilización urbana, cuando no toda. Pero como los carros invadieron las calles, se necesitan andenes suficientes, seguros y confortables, como en Buenos Aires. Y dignos, pues es en el espacio urbano en donde se “viven” las ciudades, como en Praga, Viena, Budapest, El Cairo, Estambul, Granada, Tánger, Fez o Marrakech, además son el escenario de la democracia, como en Manhattan. Deben ser continuos, llanos, amplios, sencillos y sin obstáculos. Y arborizados regularmente para darles sombra e impedir que se suban los carros a ellos, y por que unifican y embellecen las calles. Como en Paris que son, con los monumentos, la ciudad luz misma. Por eso carecer de ellos es mucho mas grave de lo que aquí (no) se piensa. Afortunadamente, tenemos los cerros y detrás la cordillera, como Rio de Janeiro tiene el mar, la bahía, la laguna y sus morros, pero la tapamos cada vez mas, que es como tapar los canales en Venecia, Brujas o Ámsterdam para poner carros, tal como se propuso hacer con nuestro río.
Por eso insistimos en los puentes, como en Panamá, aunque hace años se hacen es túneles, como en Madrid, recuperando las calles para los peatones, como en Caracas. O con semáforos coordinados, que agilizan mucho mas el transito, especialmente en las trazas ortogonales, como en Barcelona, donde las “olas verdes” si funcionan. Son mucho mas económicos y no afean el espacio urbano, como los puentes, lo que, ciegos que somos, no vemos. Desde luego algunos son necesarios pero nunca en los centros de las ciudades, como en Cali. Aquí creemos que podemos saltar etapas haciendo viaductos primero que semáforos, “autopistas” antes que andenes, y policías acostados en lugar de tapar los huecos. Y que podemos alterar las prioridades dándosela a los carros y no a los buses, y re inventar el metro creyendo que con el MIO basta. O tal vez queramos ser como Sao Paulo, en donde los ricos se mueven en helicóptero y los taxistas hacen de parteras de emergencia. O como los Angeles, que es la ciudad con mas carros y autopistas congestionadas del mundo: es el mismo negocio.
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