Ir al contenido principal

La SCA. 21.05.2009

La arquitectura de nuestras ciudades nos incumbe a todos y de ahí la importancia de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Desafortunadamente hace años se concentró en sobrevivir económicamente, y comenzó a competir con los propios arquitectos contratando con el Estado, aprovechándose de su carácter de entidad consultora del mismo,  descuidando los concursos públicos de arquitectura. Son obligatorios para las obras públicas pero últimamente, sobre todo en Cali, se asignan a dedo, recurriendo a interpretaciones acomodadas de la ley, y con el consiguiente peligro de mas clientelismo y corrupción, ante el silencio del gremio.
          Por otra parte no ha sido posible constituir un “colegio de arquitectos” que, como en muchas partes, vigile sus tarifas y la calidad y completes de su trabajo, de lo que además poco se ocupa el Consejo Nacional de Arquitectura. Igualmente, la orientación de su enseñanza la asumieron el ICFES y la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura, ACFA, y la revista emblemática de la arquitectura colombiana, Proa, desapareció hace tiempos. Para completar, las Bienales, cada vez mas discutibles, dejaron de ser muestras razonadas de lo que se está haciendo en el país, y trascienden cada vez menos entre ciudadanos y autoridades.
          Menos mal que algunas seccionales aun emprenden importantes exposiciones que han viajado por todo el mundo, como las realizadas por la de Bogotá sobre la arquitectura colombiana de los últimos 25 años y la dedicada a la obra de Rogelio Salmona (que no se ha traído a Cali). Y por su parte la Presidencia Nacional de la SCA supuestamente está comprometida en la defensa del edificio principal de El Dorado, el principal y emblemático aeropuerto del país, en cuya innecesaria demolición está empeñado un ministro imprevisible y los nuevos “conquistadores” que están detrás del jugoso negocio de semejante desafuero.
          Pero es muy preocupante que la SCA tenga cada vez menos socios y que por lo tanto su representatividad sea cuestionable. Ya importantes arquitectos colombianos han pensado en una nueva agremiación, posible a partir de la Constitución de 1991, mas han desistido por consideración con la institución y creer que aun se puede enmendar. Que podría volver a ser independiente, solvente y decididamente crítica, para lo cual tendría que reducir tajantemente sus costos de operación, ser de utilidad real para el gremio y convencer a los arquitectos de que vale la pena pagar sus cuotas para cumplir con los objetivos para los que fue fundada.
          Sería vital para nuestras ciudades, hoy en manos de promotores, dirigentes y autoridades carentes de cultura arquitectónica y conocimientos de urbanismo. Para orientar la enseñanza del oficio, ahora dispersa en cerca de sesenta escuelas que gradúan cientos de arquitectos mal formados,  regular la profesión, hoy con frecuencia trivial y sin ética ni experticia, y promover verdaderos concursos de arquitectura, ahora muchos meras seudo licitaciones. Y para difundir un arte y una técnica, con una gran responsabilidad ante el cambio climático, que han acompañado a la humanidad desde el inicio, originado las ciudades que, como lo dijo Lewis Mumford, son, con la lengua, las dos grandes creaciones del hombre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d