El valle del curso
medio de río Cauca abarca 500.000 hectáreas en su parte plana y unas 250.000 en
sus dos piedemontes. Es decir, cerca de la mitad oriental del Departamento del
Valle del Cauca, mas, en su extremo sur, una porción del Departamento del Cauca
y, hacia el norte, parte del Departamento de Risaralda.
La apertura del
Canal de Panamá en 1914 y la posterior construcción del ferrocarril de Cali a
Buenaventura, permitieron la formación de un sistema de ciudades a lo largo del
valle del río Cauca, cuya gran potencialidad agropecuaria estaba casi
inexplotada por la carencia de vías. Y significo el despegue de Cali como
complemento del puerto más importante del país.
Así, la nueva
capital del nuevo departamento rápidamente pasó a ser el principal centro
urbano de la comarca, como del departamento mismo, y ahora el segundo del país,
concentrando la mayoría de la población del valle del río Cauca y de su nuevo
patrimonio construido, mientras que las otras ciudades y pueblos conservaban el
anterior de tradición colonial.
La importancia de conservar y estudiar este patrimonio no sólo es arquitectónica sino medioambiental,
pues se trata de evitar el desperdicio de lo que ya esta edificado y es utilizable,
y por su pertinente ejemplo para el manejo del clima. Y también es un asunto
social pues se trata de no causar un problema como es la falta de identidad cultural
de los ciudadanos con sus ciudades.
Continuar perdiendo las tradiciones, edificios y lugares que unen
culturalmente las diferentes generaciones y procedencias de los muchísimos
nuevos habitantes del área metropolitana de Cali, es contribuir a ese
desarraigo que tienen con su demasiado reciente y poblada ciudad, que alimenta
los conflictos entre vecinos llegando a la violencia, una de las mas altas del
mundo.
En consecuencia, es de utilidad conocer y estudiar esas
construcciones, las que deberían ser una referencia para los nuevos proyectos
urbanos y arquitectónicos en la región. Y es urgente darlas a conocer a tantos
caleños que ignoran su pertinencia, y que por eso no las valoran ni aprenden de
ellas, e incluso las desprecian por “viejas”.
Son las casas de hacienda y urbanas y las capillas, iglesias y
claustros, coloniales y republicanos, del siglo XVII al XIX, los hitos moderno
historicistas de inicios del XX, los
aciertos del Art Déco, el Neo colonial, el Español californiano y ciertas construcciones
modernas de mediados de ese siglo, y unas pocas reinterpretaciones de esta
tradición ya en el siglo XXI.
Son las respuestas históricas al clima, relieve y vegetación, que
conforman los paisajes de la ciudad, y cómo generan tradiciones y asimilan
modas y tendencias. De ahí que el estudio de la arquitectura en el Departamento
se debe enfocar en aquella que es claramente sostenible y contextual y por
tanto pertinente a la arquitectura en el valle del río Cauca en el siglo
XXI.
Un seminario para dialogar sobre el
tema, abierto al público en general, pues es incumbencia de todos, se hará en
La Tertulia del 30 de Junio al 12 de Julio, con visitas de
estudio a ejemplos destacados dentro y fuera de Cali. Tendrá como invitados a Francisco Ramirez, sobre la arquitectura
actual en el mundo, Andrés Erazo, sobre la geografía de Cali y Carlos Bernal,
sobre su arquitectura moderna, y estará dirigido por quien
escribe.
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