Los fuertes colores de algunas pocas culatas y fachadas de casas de San
Antonio a los que un “foto reportaje” de este periódico les hizo un gran
despliegue (16/06/20015) no hablan bien de Cali ya que esos que llaman “Los
colores de San Antonio” no lo son. Este barrio, al contrario de lo que afirman,
fue blanco, como se puede deducir en fotografías viejas, pese a que sean en
blanco y negro, y como corresponde a una arquitectura de tradición colonial que
era blanqueada con cal para cada Semana Santa como aun se hace en Popayán.
Además no respetan las normas, supuestamente vigentes, que indican el
uso del blanco o de colores claros. Pero
lo que si queda claro es la incapacidad de la Subdirección de Ordenamiento
Urbano, de proteger el patrimonio construido de la ciudad, y de verificar el
cumplimiento de los permisos dados por las curadurías, casi la mitad de los
cuales no se respetan según sus propios datos (El
País, 24/03/2015, p.B1). Como por parte del Departamento Administrativo de
Gestión del Medio Ambiente, DAGMA, para controlar el ruido ajeno,
como se llama el generado por otros.
Igualmente queda en claro lo desconocedores que en general son los
caleños de la arquitectura de su ciudad, como del respeto debido a los otros,
en este caso a los vecinos del barrio a los que les toca soportar que bloqueen
garajes y entradas a sus viviendas, el ruido de los restaurantes usados para
celebraciones de gente no residente en el barrio, y que su vecindario lo pinten
de un día para otro como si se tratara de colorear un libro, como ingenuamente
dijeron en El País creyendo hablar bien de la ciudad. “Postales para el
recuerdo” lo llamaron.
Y no
se trata de un problema de gustos, por lo demás el de quién ¿el de los
residentes o el de los ocasionales visitantes? La Gestalt
(percepción de formas, texturas y colores) indica que lo emocionante en la arquitectura estriba en el acertado manejo de
la luz, la que permite ver los edificios y espacios urbanos, sus formas,
texturas y colores, que con sus sonidos y olores, crean expectativas y sorpresas en los recorridos,
los que además cambian mucho con el paso de las horas en el día, y de los días
a lo largo del año. Lo que no se puede percibir en un par de horas y a través
de una cámara.
Las calles tradicionales del viejo barrio discurren entre fachadas paramentadas de casas de similares alturas, con colores
y tonos análogos, en las que predomina el lleno sobre los vanos. Esta
sencillez, regularidad y continuidad, que mal que bien conserva pese a las
muchas torpes intervenciones que han sufrido, es lo que las hace bellas y al
mismo tiempo conformar un fondo discreto sobre el que se destacan las
techumbres que aun conserva y en lo mas alto de la colina la capilla de San
Antonio.
Los colores, consciente o
inconscientemente, son estimulantes de emociones y significados, y sus combinaciones
son los colores de los componentes primordiales de la construcción, como barros,
arenas, piedras, adobes, ladrillos, tejas, maderas y hierro. Junto con otros colores
intervienen en el colorido unitario y peculiar que identifica las casas,
edificios, calles y barrios de pueblos, ciudades y comarcas tradicionales por
todo el mundo. Y San Antonio insiste en continuar con el blanco tradicional de
sus fachadas, el ocre de su techos y el verde “de todos los colores” de su
parque.
Comentarios
Publicar un comentario