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Colores. 25.06.2015


Los fuertes colores de algunas pocas culatas y fachadas de casas de San Antonio a los que un “foto reportaje” de este periódico les hizo un gran despliegue (16/06/20015) no hablan bien de Cali ya que esos que llaman “Los colores de San Antonio” no lo son. Este barrio, al contrario de lo que afirman, fue blanco, como se puede deducir en fotografías viejas, pese a que sean en blanco y negro, y como corresponde a una arquitectura de tradición colonial que era blanqueada con cal para cada Semana Santa como aun se hace en Popayán.
Además no respetan las normas, supuestamente vigentes, que indican el uso del blanco o de colores claros.  Pero lo que si queda claro es la incapacidad de la Subdirección de Ordenamiento Urbano, de proteger el patrimonio construido de la ciudad, y de verificar el cumplimiento de los permisos dados por las curadurías, casi la mitad de los cuales no se respetan según sus propios datos (El País, 24/03/2015, p.B1). Como por parte del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, DAGMA, para controlar el ruido ajeno, como se llama el generado por otros.
Igualmente queda en claro lo desconocedores que en general son los caleños de la arquitectura de su ciudad, como del respeto debido a los otros, en este caso a los vecinos del barrio a los que les toca soportar que bloqueen garajes y entradas a sus viviendas, el ruido de los restaurantes usados para celebraciones de gente no residente en el barrio, y que su vecindario lo pinten de un día para otro como si se tratara de colorear un libro, como ingenuamente dijeron en El País creyendo hablar bien de la ciudad. “Postales para el recuerdo” lo llamaron.
Y no se trata de un problema de gustos, por lo demás el de quién ¿el de los residentes o el de los ocasionales visitantes? La Gestalt (percepción de formas, texturas y colores) indica que lo emocionante en la arquitectura estriba en el acertado manejo de la luz, la que permite ver los edificios y espacios urbanos, sus formas, texturas y colores, que con sus sonidos y olores, crean  expectativas y sorpresas en los recorridos, los que además cambian mucho con el paso de las horas en el día, y de los días a lo largo del año. Lo que no se puede percibir en un par de horas y a través de una cámara.
Las calles tradicionales del viejo barrio discurren entre fachadas paramentadas de casas de similares alturas, con colores y tonos análogos, en las que predomina el lleno sobre los vanos. Esta sencillez, regularidad y continuidad, que mal que bien conserva pese a las muchas torpes intervenciones que han sufrido, es lo que las hace bellas y al mismo tiempo conformar un fondo discreto sobre el que se destacan las techumbres que aun conserva y en lo mas alto de la colina la capilla de San Antonio.
          Los colores, consciente o inconscientemente, son estimulantes de emociones y significados, y sus combinaciones son los colores de los componentes primordiales de la construcción, como barros, arenas, piedras, adobes, ladrillos, tejas, maderas y hierro. Junto con otros colores intervienen en el colorido unitario y peculiar que identifica las casas, edificios, calles y barrios de pueblos, ciudades y comarcas tradicionales por todo el mundo. Y San Antonio insiste en continuar con el blanco tradicional de sus fachadas, el ocre de su techos y el verde “de todos los colores” de su parque.


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