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¿Calles o parqueaderos? 22.08.2019


En muchas ciudades por todo el mundo las normas exigen que los edificios cuyos usos del suelo  demanden cierto numero de estacionamientos estos los deben proporcionar en su interior. Pero cuando son locales pequeños y espontáneos cómodamente sus estacionamientos se suelen dejar a las calles por lo que se exige pagar por hacerlo cuando es por mas de un cierto tiempo y se instalan parquímetros, o se cobra directamente por personal contratado con dicho propósito.

  Es lo que se tiene proyectado realizar en El Peñón, si es que sus apresurados opositores no logran que la Alcaldía se eche para atrás, mas lo equivocado en este caso es no hacerlo simultáneamente en todos los sitios que lo precisan como en San Fernando o Tequendama por ejemplo, pues no son pocos los que en Cali lo demandan para poder así contribuir a mejorar la movilidad en toda la ciudad, cada día más entorpecida siguiendo como ya es costumbre a lo que acontece en la capital.

  Incluso en muchas calles los estacionamientos se deben prohibir totalmente pues entorpecen el tránsito vehicular, especialmente en calles estrechas con doble sentido de circulación y sin separador, creando todo un caos vial, y que ahora hay que pensar también en las bienvenidas bicicletas, como igualmente en las patinetas, más fáciles de usar para muchas personas pero que precisan de control y mínima educación al respecto para su buen uso y seguridad.

  Y están esos estacionamientos de hecho o que ilegalmente invaden los antejardines junto con los andenes lo que impide que estos se amplíen, cuya estrechez y precariedad obliga a los peatones a caminar por las calzadas junto con los carros dificultando su expedita circulación y poniéndose en riesgo de ser atropellados, siendo esta la causa de muchos accidentes en las calles de Cali. Si en los pueblos los peatones tienen prioridad sobre los carros en esta ciudad sucede lo contrario.

  O, como es el caso muy especial de San Antonio, parte del centro histórico de Cali, o de lo que queda del mismo, en donde los carros estacionados impiden disfrutar de la vista de la arquitectura tradicional del barrio, e incluso abusivamente dificultan el acceso a los garajes o a las casas mismas, por lo que debería estar prohibido el estacionamiento en la mayoría de sus calles, lo que de contera disminuiría a su más conveniente proporción el número de restaurantes y locales.

  Hay que entender que las calzadas de las calles son esencialmente para que circulen los carros y eventualmente detenerse por un momento y no para estacionar todo el día o buena parte del mismo o por la noche. Otra cosa son los andenes en los que si no molestan el paso cómodo de  los peatones se pueden poner bancas para descansar o incluso mesas de cafés y bares, y lo mismo en plazoletas, plazas y parques, propiciando el muy conveniente encuentro de los ciudadanos.

  Amplios andenes que serían óptimos en las centralidades peatonales que deberían presidir las nuevas localidades de Cali Distrito Especial, unidas por un corredor vial entre las Calles 25 y 26, no excluyente como han sido los anteriores proyectos al respecto, sino integrado: tren, autopista urbana, par vial, andenes arborizados, pórticos corridos y una alameda múltiple, generando un nuevo eje urbano y regional para Cali, entre Yumbo y Jamundí, como lo ha propuesto un grupo de profesionales adjunto a la SMP.

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