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Ciudadanos, Concejo, Alcalde. 19.06.2019


Difícilmente se podrá planificar una ciudad, que crece tanto y tan rápidamente como Cali, con alcaldes que cambian cada cuatro años y elegidos por una mínima minoría, pues la mayoría se abstiene, y a base de clientelismo y mermelada, y por sus propuestas populistas e improvisadas. Ojalá hubiera un candidato con una sola: someter a una consulta popular un Plan Básico Regional a largo plazo, que genere todos los proyectos posteriores a realizar, urbano arquitectónicos, económicos, sociales, educativos y culturales, los que el Consejo se encargaría de hacer cumplir a los siguientes alcaldes y de hacerles periódicamente las correcciones necesarias.
Respecto a lo urbano arquitectónico ya hay una propuesta realizada por un grupo de profesionales adjunto a la Sociedad de Mejoras Públicas, denominada “Un nuevo eje urbano y regional para Cali”, ya mencionado en esta columna. Y por otro lado, otro grupo de profesionales está empeñado en un Grupo de Pensamiento que se ocupe de hacer propuestas iniciales para los otros temas planteados, y de la conformación de un Movimiento Cívico que apoye la idea sugerida arriba de encontrar un candidato que se le mida a someter dicho Plan Básico Regional a los ciudadanos, para lo cual está realizando reuniones con todos los candidatos.
Unos ciudadanos que entiendan la ciudad como el escenario de la cultura, como la llamó Lewis Mumford y tanto se ha citado aquí, sino también como el ámbito de su propia vida, nada menos. Que comprendan por tanto la necesidad urgente de dicho Plan para todos, y no que vendan su calidad de vida junto con su voto por el vil dinero o, peor, por la promesa clientelista de un empleo que si mucho durará cuatro años. De allí la importancia y urgencia de una mucho mejor educación, principiando por la cívica, la que incluye lo político y por eso mismo la geografía, la historia y las artes, es decir lo cultural. Una educación básica que permita que la especializada de las ciencias y técnicas sea transdisciplinar.
Un Concejo que responda ante los ciudadanos por el buen cumplimiento de dicho Plan por los diferentes  alcaldes y, especialmente, de hacer a tiempo las correcciones que sean necesarias, las que desde luego deberá someter a las respectivas consultas populares, otorgadas por la Constitución, pero las que no necesariamente tendrían que ser burocráticas, facilitando la disculpa de que serian muy costosas, si no a base de cuidadosas encuestas que sean más creíbles que las que buscan que se crea en las que afirman qué candidatos van ganando mientras la ciudad sigue perdiendo sus todavía no pocas oportunidades de ser una muy buena a partir de su envidiable clima y entorno natural en el que sólo falta un gran lago.
Un Alcalde que de verdad sepa por que quiere serlo y lo haga explícito, y que valore cuales son sus verdaderas posibilidades de hacer algo de verdad importante por su ciudad. Que entienda que lo que falta en Cali es orden a todos los niveles y aspectos. Que es prioritario colocar todo en el lugar que le corresponde, y con una buena disposición de sus partes entre si, es decir, considerar su serie y sucesión, y en el ámbito indicado en el que las diferentes materias o actividades se enmarcan, según niveles y categorías, respecto  unas cosas con otras. En una palabra, planificación: verdaderos Ciudadanos más un verdadero Consejo más un verdadero Alcalde igual una mejor Cali. Sin duda una utopía pero muy ilustrativa.


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