El
ecosocialismo de Le Parti
de Gauche busca la verdadera revolución ciudadana del siglo XXI www.lepartidegauche.fr Por eso ha planteando los riesgos de un medioambientalismo falso y la necesidad de un manejo del
territorio inverso a la concentración de la población en megalópolis, como ya
lo es Bogotá, que logre sistemas de ciudades, como fue el valle del río Cauca y
lo puede volver a ser. Y propone el hábitat colectivo, compartir automóviles, la anti
publicidad y la ocupación de viviendas vacías.
Considera que los lobbies económicos
y financieros llevan a la destrucción de los servicios públicos y bienes
comunes para el beneficio de intereses privados. Y por eso deben ser objeto de
una gestión pública, repensando la articulación entre el Estado, garante de la
igualdad, las colectividades locales y la acción de los ciudadanos, sindicatos,
asociaciones y usuarios. Y rechaza la privatización y mercantilización del agua y la energía, y desde luego aquí
habría que agregar la del transporte público.
Considera también que las riquezas ya existen y
que no hay lugar a esperar para redistribuirlas, pues la reactivación de
un crecimiento económico ciego no responde a las urgencias sociales por su
propia naturaleza y que es aún menos deseable y soportable desde el punto de
vista de la preservación del ecosistema, los recursos naturales no renovables y
el clima.
Hablando de Europa pero lo mismo se puede
decir aquí, Le Parti de Gauche afirma hace falta construir otras correlaciones de fuerzas entre
los ciudadanos, el poder financiero y de las muchas instituciones anti
democráticas que existen. Que si la escala europea puede ser pertinente para
grandes políticas medioambientales y sociales, su puesta en marcha no será
posible sino bajo el control democrático de sus pueblos. Y lo mismo a escala
mundial, habría que agregar, pues por ser la primera zona económica del mundo,
la Unión Europea implica a todo el planeta.
Le Parti de Gauche
propone acabar con los tratados y
acuerdos de libre intercambio y de asociación económica que contribuyen
al agotamiento de los recursos naturales, a la explotación de los pueblos del
llamado tercer mundo y al dumping social en los países llamados desarrollados.
Y combina propuestas programáticas y presencia en las luchas sociales y
medioambientales.
Los ciudadanos comprometidos en este
proyecto se implican en el desarrollo de experimentos y alternativas concretas:
circuitos cortos, asociaciones por el mantenimiento de la agricultura
campesina, sostén a los cinturones de agricultura de subsistencia y acciones
contra la desnaturalización de los suelos, colectivos de ciudades en
transición, retoma de empresas por parte de los asalariados, sistemas de
intercambio locales, ahorro ciudadano y monedas complementarias,...
Hacer una revolución ecosocialista,
teniendo en cuenta la amplitud de su objetivo, concluye Le Parti
de Gauche, no puede resultar de una simple
alternancia electoral y de decisiones venidas desde las cúpulas. Implica una
refundación radical de las instituciones incluyendo elecciones, y paridad y no
acumulación de mandatos, permitiendo al pueblo estar efectivamente
representado. Se trata de derribar a la oligarquía y asegurar, en todas las
circunstancias, la soberanía popular por una democracia real ecoresponsable.
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