Lamentablemente ya no estará Cambio para investigar las muchas irregularidades de las “megaobras”, ya señaladas localmente, pero al menos aprendamos algo de su debate dilucidado algunos equívocos. Muchos en Cali cuando se refieren a ciertos conceptos no saben bien que dicen. Como belleza, valorización, diseño, modernidad, progreso, o movilización (y no movilidad, como hubiera estado de acuerdo Carlos Alberto Caicedo, que sí consultaba el DRAE).
Movilización urbana no es sólo la de los vehículos, ni prioritariamente la de los carros, ni menos aun la de los carros particulares, si no que debe ser primero la de los peatones que además es simultanea. Pero ignoramos que el problema son los cruces y creemos que los puentes peatonales siempre sirven y que los andenes son propiedad privada. Tampoco somos conscientes de que todos los vehículos suelen llevar pasajeros que antes o después serán peatones.
Progreso no es hacer mas obras en vez de completar lo existente, y avanzar y perfeccionar sus aciertos y corregir sus errores. En lugar de nuevas y ostentosas intersecciones viales a desnivel, que solo desplazan el último “cuello de botella” mas adelante, lo que hay que hacer es suprimirlos a lo largo de las principales vías, lo que implica el uso de muchos semáforos debidamente sincronizados pues simplemente no es posible hacer un puente en cada cruce.
Moderno no es lo que tiene apenas una imagen actual, si no lo que es de aquí y ahora y es útil y pertinente. Mientras en muchas partes hace años se demuelen viejos viaductos para reemplazarlos por túneles, como el propuesto para la Avenida Colombia, aquí los construimos para presumir, mas que por su necesidad real. Por que aquí están en boga, sin importarnos que ya estén pasados de moda, pues nos deslumbramos con las autopistas de Los Ángeles y Miami.
Diseño no es solo la traza de una construcción, sino su funcionalidad y constructibilidad que la hacen adecuada y bella. Pero no nos importa que desconozcamos el de las intersecciones y ciudadelas educativas propuestas, que han debido ser concursos públicos con jurados idóneos, y no a dedo sin que sepamos siquiera con que criterio se escogieron sus diseñadores, como pasa con el delicado hundimiento de la Avenida Colombia, que no es una “depresión” como dicen.
Valorización no es lo que generan los puentes vehiculares dentro de la ciudad, pues acaban con todo lo que esté debajo, principiando por el prado, y su ruido vuelve invivibles los edificios y casas que estén justo al frente de ellos. Para no hablar de la bulla, contaminación y congestión que en general provocan las grandes vías que no cuenten con aislamientos arbóreos suficientes, que además se vuelven largas y feas barreras urbanas si no tienen bien solucionados sus cruces.
Finalmente, belleza no son apenas los adornos de la obras públicas, como en algunas de las “megaobras”, ni es incompatible con su eficiencia, y por lo contrarío lo eficiente suele ser bello y no un lujo que cueste mas. Pero no valoramos el deleite espiritual en la calidad de vida, o caemos en lo de que el gusto es algo subjetivo, cuando es cultural. La belleza "sobrevive a todo […] porque es una fusión de lo mental y lo sensual." (J. Brodsky, Marca de Agua, 1993).
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