Los negocios inmobiliarios, favoritos del capitalismo salvaje y
muchos financiados directa o indirectamente por dineros ilegales, amenazan a
Bogotá y previsiblemente a Cali. Ahora quieren reemplazar las “Torres de Bavaria”
con una el doble de alta (www.proyectob.info). Este conjunto, parte del Centro Internacional de
Bogotá y un ejemplo de buena arquitectura moderna en el mundo, está ocupado y
en buen estado, y demolerlo para construir un solo edificio pero mucho mas alto
solo es explicable por un insólito y loco afán de lucro.
Sorprende la frivolidad de las tres propuestas: una es un “pisapapeles” mas,
otra se limita a un “análisis” volumétrico que ignora la ciudad y sus altos
cerros inmediatos, y otra mas, nos la quieren meter aprovechando que muchos
abren la boca de asombro, diciendo que su gigantesco falo puntiagudo de vidrio
tiene una forma “única” en el mundo que identificaría a Bogotá; ¡Santa Fe!
¿Será que piensan que no conocemos the
Shard en Londres, de
Renzo Piano, que será el mayor rascacielos de Europa?
Cómo si no bastara con querer eliminar sin necesidad el edificio
principal de El Dorado, aparte del jugoso contrato de su demolición, y además
cambiarle su reconocido y bello nombre, o cubrir parte del Parque de la
Independencia y ocultar el Museo de Arte Moderno de Bogotá con unas ridículas
“olas”, o demoler el puente de la Séptima sobre la Calle 26. Tal parece que una vez mas la codicia hará estragos antes de que finalmente
también aquí rompa el saco, pues allá ya comienzan a reconocer que se les acabo
la fiesta (http://www.youtube.com/watch?v=ywG0roauqn8).
Detrás de la penetración de
bancos y telefónicas nos seducen de nuevo, ya no con espejitos como a los
indígenas de hace 500 años, sino con cualquier adefesio visualmente erecto y
alto, pues aquí muchos con mentalidad pueblerina todavía asocian
las “torres” al progreso y lo moderno, justamente cuando se vienen cuestionando
en todo el mundo desarrollado, y tan evidente el talante de nuevo ricos de los
que las hacen y compran, privados del juicio por lo simplemente espectacular
(Mario Vargas Llosa, La civilización del
espectáculo, 2012).
Como dijo Lord Palumbo, presidente del jurado del Premio Pritzker de 2012 (considerado el Nobel
de la arquitectura) otorgado al arquitecto chino Wang Shu, en una oportuna
reflexión respaldada por otos miembros del jurado como Juhani Pallasmaa y Gleen
Murcutt, "El asunto de la relación adecuada entre presente y pasado
es particularmente oportuna, porque el proceso reciente de urbanización [como
es el caso de Colombia y muy especialmente de Cali] invita al debate sobre si
la arquitectura debe anclarse en la tradición o si sólo debe mirar hacia el
futuro".
Lo
que contrasta con los 65 pisos y otras graves
irregularidades, ya señaladas, que los “euracas” del siglo XXI pretenden hacer
en Bogotá, pues allá ya no tienen Euros con que, y ahora no les dejarían
fácilmente demoler grandes edificios en perfecto estado, como sí pasó hace años
con el de 24 pisos donde se termina the Shard. El hecho es que a estos
nuevos corsarios poco les importa que la crisis actual comenzara allá con una
“pirámide” inmobiliaria. Y a propósito ¿dónde están los compradores de toda la
vivienda que se está construyendo en Cali?
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