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Lo propio. 07.05.2015


          Se han anunciado con bombos y platillos grandes proyectos para el Centro de Cali. Y sin duda es una muy buena noticia la propuesta de hacer un considerable numero de viviendas, que fue lo que propuso en 1981 el Plan de Reordenamiento del Hoyo-Piloto. Justo lo que le falta junto con amplios y llanos andenes arborizados y grandes parqueaderos públicos como los que se propusieron en el  Plan del Centro Global, debajo de las plazas de San Francisco y la de Caicedo (por supuesto debajo de las calles que la rodean) e incluso del parque o plaza o lo que sea de los Poetas. Mas nada se dice de esto aunque las ciudades sean sus calles.
          Y dichos proyectos deberían ser concursos públicos, como en Medellín, internacionales si se quiere, y no de arquitectos extranjeros que vienen a hacer su “américa”. No por que lo sean si no porque evidentemente no consideran nuestras circunstancias, clima, paisaje y tradiciones, cuya conjunción reclamó Le Corbusier para una acertada arquitectura. Porque si hay algo que no se puede globalizar, como se ha repetido en esta columna, es la arquitectura, por la rotunda razón de que el globo no es para nada uniforme.
          ¿Será que de los miles de arquitectos que hay en el país no los hay capaces de dichos proyectos? Algo tiene que decir la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Y es de esperar que los cerca de mil estudiantes de arquitectura que hay en tres de las universidades locales se manifiesten. ¿En que pensaran que van a trabajar los cerca de cien que se gradúan cada semestre? Ya va a salir la primera promoción de la Javeriana y no les quedará mas que irse  a otra parte a seguir estudiando, lo que es bueno, pero cuando regresen no tendrán trabajo si seguimos permitiendo que nuestra arquitectura se haga afuera.
          Les decía el conocido arquitecto español Rafael Moneo, premio Pritzker  de 1995, a los que lo acompañaron en su vista a Cartagena cuando vino a la última Bienal Colombiana de Arquitectura, que la de aquí la deberíamos hacer los de aquí, y aunque lo repitió varias veces, por supuesto no se enteraron los que en Cali abren la boca con las tramadoras imágenes que ha mostrado la prensa de los proyectos mencionados: puro “exteriorismo” característico de esa arquitectura espectáculo ya de capa caída en todas partes mas no aquí.
          En esta ciudad tal parece que solo es “bueno” lo de allá y “viejo” lo de aquí; ni siquiera se valora lo que comprobadamente ha sido mejor aquí. Pero es que evidentemente no nos interesa lo propio:  foreing fashions fascinate us.  Por eso para los VI Juegos Panamericanos destruimos sin clemencia el patrimonio construido y no hemos parado: del Colegio de El Peñón no está quedando mas que una fachada desmantelada y la casa que fue del padre de Jorge Isaacs la están dejando caer.
          Y para peor de males esas estrellas internacionales que venden muy caro sus “productos de marca” y que nos han anunciado con platillos y bombos ni siquiera lo son. Porque otra cosa muy distinta sería tener una obra de Moneo, precisamente, o de Álvaro Siza Vieira, Pritzker de 1992, o de Glenn Murcutt, quien Ganó la Medalla Alvar Aalto en 1992, la misma que le otorgaron a Rogelio Salmona en 2004, pero el trabaja sólo en Australia que es el medio que conoce. Porque arquitectos buenos hay en todas partes; incluso aquí; pero les tocará irse a trabajar allá.


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