Caminar es anterior a las ciudades y éstas a las calles, que a su vez lo son a los carros. Sin esta historia difícilmente podrán solucionar el problema esos “expertos” que han dejado de pensar y solo saben, y aquí no mucho. Antes y después de subir a un carro somos peatones, pero en ellos nos volvemos sus enemigos. Caminamos y manejamos por donde podamos y como sea. Es una guerra de carros y peatones entre ellos y contra los otros, la que mas mata en el país, pero no nos importa y la policía es insuficiente y corrupta. Urge un plan integral de movilización con una visión transdisciplinar a largo plazo, enseñar a usar el espacio público, mas control y buen ejemplo de las Autoridades, y que las “soluciones viales” no sean solo un negocio.
Nuestras calles se trazaron en cuadricula pero los ensanches del siglo XX no la continuaron pues el suelo urbano se había privatizado con la Independencia. Pero quedaron las estrechas aceras y el caminar por las calzadas, propio, además, del origen campesino de muchos de sus habitantes actuales. Y cuando se ampliaron las vías para los carros, las que barremos en horas pico, se olvidaron los andenes, los que quedaron se “privatizaron” y los del MIO están incompletos o mal modificados. La nomenclatura es confusa. Hacemos puentes vehiculares que no son indispensables, y los peatonales muchas personas no los pueden usar. Los carriles no son continuos y sus marcas no son reflectivas por la noche, y peligrosos al unirse, con “espolones” al dividirse, y no usamos la señal intermitente. Hacemos peligrosos y dañinos “policías acostados” pero no tapamos los huecos.
Desconocemos la señalización (mezcla contradictoria de norteamericana y europea), la que además es inadecuada, no vigente, repetida, oculta o dañada. Manejamos a la izquierda, no seguimos los carriles, cortamos las curvas y variamos de velocidad. Paramos en cualquier parte menos al virar en las esquinas para dejar pasar a los peatones. No respetamos los semáforos ni los sentidos viales. Los taxis no tienen sitios de espera. Los buses paran en medio de las calles sin detenerse completamente. Y ni hablar de bicicletas y motos, carretillas y “cargadores”. Manejamos borrachos, o en reversa, pitamos por todo y estacionamos en los andenes. Los usamos para toda clase de actividades pero no sabemos caminar por ellos, cruzamos corriendo las calles por cualquier parte, “escalamos” separadores y saltamos barandas.
Hay que densificar, usar el corredor férreo para que nos una sin separarnos mas, privilegiar el transporte colectivo, hacer ciclorrutas y poner horarios escalonados. Dar continuidad a las avenidas y retomar su doble sentido, regularizarlas agregando o desagregando carriles, para facilitar el entrecruzamiento, y con el lateral ancho para parar, y sin bahías. Hacer andenes amplios y llanos, y con árboles que disuadan a los carros sin tantos bolardos ni mas altura. Rampas circulares en las esquinas y unificar los cruces peatonales, incluyendo “pasos pompeyanos” en lugar de “policías acostados” en la mitad de la cuadra. Eliminar el “Cruce a la derecha en rojo” y usar el “No pare”, “No entre”, “Ceda el paso”, y que el “Pare” lo sea. Respetar “el turno”, y al que llega por la derecha en nuestras pequeñas glorietas. En fin, organizar vehículos y peatones, con seguridad y confort, con semáforos coordinados.
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