Ya desde la primera (La destrucción de una tradición, 04/05/1998)
esta columna se ha ocupado del tema recurrentemente, y diecisiete años después
la situación del patrimonio urbano-arquitectónico de Cali y del Departamento,
es cada ves mas preocupante, al punto de que los miembros del Consejo
Departamental de Patrimonio decidieron por unanimidad enviar al Ministerio de
Cultura la siguiente carta:
“El Consejo Departamental de Patrimonio Cultural del Valle del
Cauca considera que es su función primordial velar por la conservación de
nuestro patrimonio cultural en sus diferentes ámbitos, en especial
aquellos bienes de interés cultural del
ámbito nacional que están en el Departamento del Valle del Cauca.
En consecuencia consideramos que este Consejo, en el trabajo coordinado
que debe haber entre las entidades territoriales, tiene el deber de emitir
concepto sobre las intervenciones que sobre estos bienes se hagan y que el Consejo Nacional de Patrimonio debería
tomar dicho concepto en cuenta, pues nosotros tenemos el conocimiento directo y
un compromiso ético y social con nuestro
territorio.
Para nosotros es imprescindible conocer la posición que al
respecto tiene el Ministerio de Cultura, pues consideramos que si no somos
tenidos en cuenta este Consejo no tiene razón de ser, independientemente de las
otras funciones que dentro de lo territorial y legal nos compete.
El no habérsenos tenido en cuenta, ha llevado a que en
proyectos de gran importancia para la ciudad como lo son la Plaza de Toros
Cañaveralejo, el Parque panamericano de Cali, el Parque principal del municipio
de Guacarí y otros proyectos que ni
siquiera han tenido la deferencia de solicitar nuestro concepto, se hayan
tomado decisiones que han impactado
negativamente nuestro patrimonio.
Nos genera gran preocupación que en el proyecto de la
estación del SITM al frente de la Estación del Ferrocarril de Cali, no se tenga
en cuenta nuestro concepto, generando una situación que a corto plazo
repercutirá en la conservación y valoración de la Estación y en los proyectos
de ciudad venideros.
Todo lo anterior está en contravía del Sistema Nacional de
Patrimonio Cultural, del cual este
Consejo forma parte, razón por la cual si no se toma medidas al respecto,
considerando nuestra obligación con los vallecaucanos y el país, nos veremos obligados a suspender las
sesiones del Consejo Departamental de Patrimonio Cultural.”
La carta la firman Ana María Jaramillo Torres, Secretaria
de Cultura Departamental, Jean Paul Archer, delegado de SCA
Valle, Ricardo Hincapié Aristizabal, delegado de la Universidad del Valle, Luis
Antonio Cuellar, delegado de la Academia de Historia, Sonia Blanco, delegada
del INCIVA, Lina María Bedoya, delegada de la CVC,
Stephany García, delegada del Comité Departamental de Cafeteros del Valle, y
quien esto escribe.
Y hay que agregar otros casos recientes de maltrato del
patrimonio construido, de nivel Municipal, como el Colegio de la Sagrada
Familia, en El Peñón, que han procedido a demoler interiormente o, no lejos de
allí, la casa donde estuvo la que perteneció a la familia Isaacs, o una casa
que siguen desmantelando en San Antonio en la Cl. 4 entre Crs, 6 y 7, sin
permiso. Ni siquiera para la reparación de los cuerpos inferiores de la Torre
Mudéjar se ha considerado que existe un protocolo a seguir.
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