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Patrimonio y opinión. 19.05.2016


            Son varios los motivos básicos para conservar en las ciudades lo ya construido, incluyendo en primer lugar las edificaciones que han sido declaradas Bienes de Interés Cultural, BIC, o que se encuentran en el área de influencia de estos, o en los centros o barrios históricos. Razones que son culturales, sociales, económicas, medioambientales y, en ultimas, políticas, ya que hay que insistir en que política viene justamente del manejo de la  polis, ciudad, y por tanto de su patrimonio, lo que se hereda.
Informa El País (13/05/2016) que Planeación Municipal ordenó suspender “de forma provisional” los trabajos en La Sagrada Familia en el parque de El Peñón por “una estructura que no está cubierta en la licencia aprobada” y que el gerente del proyecto está sorprendido pues les “hacen visitas cada diez días y nunca han encontrado irregularidades” pues “están respetando al 100% el patrimonio de la ciudad”. Pero el hecho es que demolieron casi el 100% del colegio “conservando” apenas sus fachadas.
A buena hora estudiantes, profesores, movimientos y agrupaciones vinculados a la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad de San Buenaventura, han convocado a un muy pertinente foro con motivo de la supuesta remodelación del viejo colegio,  con el propósito de brindar elementos de juicio a la ciudadanía. Será el martes 24 de Mayo a las 5:30 pm en el auditorio principal del Centro Cultural de Cali.
Sin duda es útil para las ciudades que las universidades opinen sobre su evolución, y las tomen como objeto de estudio. En este caso se trata del papel del colegio y el barrio en la memoria colectiva, su evolución histórica, su futuro deseable, y su comparación con las tendencias mundiales centradas en lo sostenible y contextual, como lo es el patrimonio inmueble, parte fundamental de la imagen de las ciudades, y esta de la identificación de los ciudadanos con ellas facilitando su convivencia, a mas de motor del turismo.
Y urgente en Cali que ha destruido casi todo su escaso patrimonio construido, por lo que es de suma importancia analizar qué se está haciendo para garantizar la conservación de lo que queda o para que su transformación no afecte negativamente su entorno. Pero mientras del Hotel Aristi los medios se han ocupado ampliamente, curiosamente han ignorado lo de la Sagrada Familia, igualmente grave pues son ejemplos de la transformación negativa de la ciudad debida a su acelerado crecimiento.
            Cuando aquí las ciudades crecieron mucho se abandonaron sus centros, obnubilados sus nuevos habitantes, con dinero pero sin tradición urbana, por los nuevos automóviles y los suburbios. Pero a diferencia de Europa, donde desde hace ya casi medio siglo se recuperan los centros históricos, afectados durante la II Guerra Mundial, el de Cali es hoy es un fantasma tontamente iluminado por las noches pues ya nadie vive en él ni es seguro caminar por sus estrechos andenes cuando lo evacuan los que trabajan allí.
Por eso un hotel en el abandonado colegio era una muy buena idea, como fue el Santa Clara y el Santa Teresa en Cartagena. Pero lamentablemente sucumbió al demoler el edificio y con el su viejo encanto, y al pretender esa “torre” no autorizada, que seguramente cambiaría el grato carácter del pequeño parque, pues otros ya estarán pensando en tirar sus ultimas casas para levantar mas edificios invasores. Y mientras tanto la orden de suspender los trabajos sigue “enredada” en la burocracia municipal (El País, 14 y 17/05/2016).

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