Lo que más reclama la gente en Cali es seguridad, movilidad (incluyendo transporte público y vías) y empleo (Semana 13/10/2019), y lo que urge es Justicia para que haya menos corrupción e inseguridad; un plan integral urbano/arquitectónico para el área metropolitana, a largo plazo y de cara al cambio climático, regulado por el Concejo, y mejorar la movilidad mediante obras pertinentes que generen empleo para los que emigran a esta ciudad huyendo de peores situaciones en el campo, debidas al narcotráfico, a los que se suman los que llegan de Venezuela. Y a partir de esto, desde luego iniciar ya acciones puntuales pero sin pretender que necesariamente deban ser definitivas.
Si bien la Justicia no es del ámbito de un gobierno municipal, el control de todo lo que sucede en la ciudad sí lo es para lograr una mayor seguridad. Desde más vigilancia mediante cámaras del espacio público, tanto en las calles como en las zonas de los edificios que lo sean, hasta la creación de una Policía municipal que incluya a los actuales guardias de tránsito. Pero igualmente considerar que el correcto diseño del espacio urbano público, priorizando peatones y ciclistas, juega un importante papel en la seguridad de una ciudad, tópico que al parecer aquí pocos tienen en cuenta pese a que se puede comprobar con ejemplos en otras ciudades del mundo y en Cali mismo.
Hay que insistir en conformar las localidades del distrito especial alrededor de centralidades peatonales a lo largo de un nuevo eje vial y urbano a lo largo de la actual vía férrea, con grandes centros comerciales, escuelas, colegios y oficinas municipales. Se reduciría mucho el uso de vehículos generadores de gases de efecto invernadero, habría un mayor intercambio social en las calles y en últimas mejor calidad de vida, tal cual como sucede en las ciudades intermedias. Se recuperaría así el sistema de ciudades unidas por el ferrocarril, que caracterizó las del valle del río Cauca, al que habría que recuperarle la importancia que tuvo y en el que hasta barcos de vapor navegaban hasta la Virginia.
Al ser las iniciales nuevas obras mayoritariamente pequeñas pero muchas, como lo sería la construcción de andenes amplios, llanos y arborizados, el empleo se multiplicaría, al que se sumaría lo más pronto posible el de las grandes obras que habría que terminar y las nuevas que habría que acometer, junto con el generado por la remodelación y ampliación de lo construido en esas nuevas centralidades mencionadas. Y por supuesto una mejor ciudad atraería nuevas industrias y negocios, los que precisan de nuevos trabajadores, confirmando su vocación de ciudad de servicios para la región agroindustrial que es el valle del río Cauca y su conexión con el mundo por Buenaventura.
En esta forma se podría solucionar el cuello de botella que ha significado para Cali su rapidísimo y voluminoso crecimiento poblacional desde mediados del Siglo XX, el que ha llevado a su actual caos urbano y social. Pero antes funcionarios y ciudadanos tendrían que entender a fondo el tema de que polis y política van juntos, por lo que la educación en este sentido cobra una gran importancia para poder encontrar soluciones verdaderas a sus problemas, ignorancia al respecto que constituye el mayor de ellos, como se viene insistiendo en el título de esta columna ¿Ciudad?, el que entonces ya se podría cambiar por Ciudad, y hasta por Cali la sucursal del cielo.
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