En Colombia las tasas de abstención en las elecciones superan casi
siempre el 50 %, y tal parece que en Cali en las próximas nuevamente una
mayoría de los ciudadanos habilitados para hacerlo no votará porque ¿para qué?
permitiendo que una pequeña minoría elija “más de lo mismo”, dando pie a que se
repita que para qué votar. Los comentarios de unos y otros lo confirman incluyendo
el silencio de los que no opinan y que terminan no votando con cualquier
disculpa.
La mayoría que no vota está compuesta por apáticos y por
escépticos; si estos últimos votaran en blanco sus razones contarían pero de lo
contrario no. Los que optan por el menos malo aunque no tenga opción real,
botan su voto en lugar de votar en blanco en donde sí contaría. Y si bien votar
por el que se piensa es el más indicado, aunque no tenga ninguna posibilidad,
sin duda es ético y útil, pero en una verdadera democracia y votar en blanco
ayudaría a que esta lo sea.
Los que piensan que para qué otras elecciones con otros candidatos
si estos serán iguales, no evalúan el hecho de que por lo contrario podrían ser
diferentes e incluir mujeres, pero sobre todo pasan por alto que más gente
sería más responsable de frente a las elecciones. Más ciudadanos que entiendan
que votar en blanco es más ético que no hacerlo, y más políticos con propuestas
y no apenas propaganda engañosa en vallas como cualquier producto de belleza, y
afeando más la ciudad.
En Cali la intención de votar en blanco para la alcaldía aumenta
cada día y ya es la segunda más alta en las cinco grandes ciudades del país
después de Bucaramanga (Semana, 08/09/2019). Si buena parte de los que no van a
votar se uniera a los que ya van a votar en blanco, ganarían, y habría nuevas
elecciones con nuevos candidatos y probablemente con nuevas propuestas, y si no
se logra ganar queda una advertencia contabilizada al contrario de abstenerse
de los que no queda nada.
Los comentarios a favor o en contra del voto en blanco lo
confirman: la mayoría de la gente no se ha informado bien al respecto, o poco
le importa que sea mejor que no votar alegando cómodamente que no hacerlo es un
derecho. Y por supuesto consideran que el voto obligatorio es antidemocrático
pasando por alto que sólo lo es en una verdadera democracia, por lo que en esta
de mentiras si sería conveniente por un tiemplo, un propósito al que el voto en
blanco mucho ayudaría.
Y desde luego las campañas electorales deberían ser financiadas
por el Estado y no por particulares y empresas privadas, lo que si que es poco
democrático, y reducidas a programas pertinentes a la ciudad en lo social,
económico, recreativo y deportivo, pero especialmente en lo cultural (incluyendo
además de la educación convencional, la geografía e historia locales, ecología,
arquitectura, urbanismo y urbanidad) y por supuesto el cambio climático,
seguridad, control y movilidad.
Y los candidatos deberían estar a paz y salvo en todo sentido y
hacer públicos sus ingresos y actividades, sus estudios y experiencias, cómo
conformarán su equipo de gobierno, y sus motivaciones personales aparte de su
amor por Cali, a la que tantos cuernos ya le han puesto. Desde luego todo lo
anterior es pedir peras al olmo y por eso es que hay que principiar por
esgrimir el voto en blanco en contra de la corrupción que genera una abstención
mayoritaria pero irresponsable.
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