Ir al contenido principal

Sin pasado. 20.01.2011

Además de paisajes y costumbres, la identidad de los caleños estriba principalmente en la memoria colectiva que tengan de sus edificios y espacios públicos mas significativos. Pero también en los recuerdos personales, como los de los que cruzaban el Puente Ortiz, en donde les tomaban fotos  al pasar, para recoger su correspondencia, incluidas las cartas de amor, en los bajos del Edificio Gutiérrez Vélez, en donde estaba el Correo Aéreo junto al río y al final una maravillosa “fuente de soda”. De esos edificios y espacios entrañables, como de las cartas de amor,  no queda sino el recuerdo y las fotos, por lo que vivir en Cali ahora es como haber sido desplazado, lo que no entienden los que llegaron después de su demolición. Pero que a su vez echarán de menos la Avenida Colombia actual, y de ahí la torpeza de su innecesaria modificación total.
          Demolemos todo como si fuéramos ricos pero construimos pobremente, y mucho dinero lavado busca copiar las imágenes de los ricos de afuera, ni siquiera la de los de aquí, que hacen lo mismo, por lo que nos vemos obligados a vivir en medio de una permanente fiesta de malos disfraces urbanos. Los barrios han perdido su identidad, comenzando por el centro histórico, el mas extraño del mundo, conformado como está por los recuerdos de lo que allí ya demolimos, y en el que varios de los escasos edificios históricos que sobreviven no dejan de tener una cierta imagen de falsedad. Y tampoco reconocemos la importancia que tuvieron  La Merced o La Torre Mudéjar, que se quedaron sin su ciudad, pues esta nunca fue la de esa gran mayoría que hoy habita Cali.
Todo comenzó en 1925 con la demolición de la torre, también mudéjar, de la bella iglesia del convento de San Agustín (posteriormente Santa Librada), para dar paso a los carros, nuevos en Cali, la que cayó años después de que se demoliera el estupendo claustro de los agustinos, en donde funcionó la Facultad de Arquitectura de la del Valle y en donde ha debido permanecer. Pero allí sigue, eso si, el estacionamiento verde que remplazó al importante conjunto colonial, el edificio mas feo de Cali como lo dijo el arquitecto Manuel Lago, título que conserva pese a lo mucho que se ha intentado para arrebatárselo. Después se tasajeo el Centro para los Juegos Panamericanos de 1971 con ampliaciones viales que destrozaron su continuidad urbana y por lo tanto su imagen.
Pero no aprendimos y, contra toda evidencia, muchos ven esos errores como aciertos, y quieren convertir la Avenida Colombia en una serie de “plazoletas”, que ahora llaman paseo pese a que en realidad es un malecón, mas ancho que el río y en el que no se podrán sembrar los árboles que nos han mostrado, pues es una losa de hormigón, y sin comercio ni peatones ni algo de transito que le de animación y seguridad. Su construcción,  que tomará mas de los 14 meses que nos dicen sin considerar los imprevistos debidos a su improvisación –ya apareció el primero-, se podría demorar años, como la 26 en Bogotá, afectando no apenas el transito de la ciudad si no, aun mas, su centro histórico y en consecuencia nuestra identidad, y por supuesto nuestro bolsillo. Pero puede que entendamos por fin que sin pasado no hay futuro y que no se trata solo del “que” si no también del “como”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta co...

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Sa...

Viaje a la arquitectura

  Recorriendo su bello país de la mano de José Saramago (Azinhaga, Portugal 1922-2010 Tías, Las Palmas, España, Premio Nobel de Literatura de 1989) de octubre de 1979 a julio de 1980, es muy grato encontrar a lo largo de Viaje a Portugal, 2022, más de 726 páginas de comidas, bebidas, gentes, paisajes, plazas y parques. Y capillas, iglesias, palacios, castillos y murallas -17 declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- la gran mayoría muy interesantes para entender, con las palabras de Saramago, en qué consiste lo emocionante que pueden ser, y por qué “la utilidad no es incompatible con la belleza” (p. 450) y que “la arquitectura, sólo por sí, puede hacer feliz a un hombre” (p. 439). Escribiendo sobre la iglesia del Senhor Bom Jesus, en Matosinhos, dice Saramago que su arquitecto, Nicolau Nasoni (San Giovani, Valdarno, Italia 1691-1773 Oporto, Portugal) supo “entender los misterios del granito lusitano, darles espacio para llegar mejor a los ojos, alternando lo oscuro de la...