Ir al contenido principal

Como polvo al viento. 28.10.2020

     En este nuevo libro (2020) de Leonardo Padura, como sucede con algunos otros de este autor, hay al mismo tiempo que una grata novela, un indirecto pero muy interesante ensayo, de gran actualidad, sobre los individuos y sus familias, parientes, amistades, conocidos, vecinos, colegas y conciudadanos, que juntos conforman las sociedades, y las ciudades, climas, paisajes y lugares a los que pertenecen, como igualmente las de otros sitios a los que luego quieren/tienen que habitar sin lograr ser de allí ni poder/querer dejar nunca de ser de allá. Ensayo que en últimas es una discreta y panorámica pero objetiva mirada a la utopía del socialismo por parte de quien la ha vivido.

  Se trata de un grupo de amigos que lo conforman personajes de distintos estratos socioeconómicos y antecesores étnicos, con diferentes oficios, profesiones y trabajos, desde varios arquitectos, ingenieros, médicos, veterinarios, físicos y otros, incluyendo hombres, mujeres, niños, adolescentes, adultos y viejos, y hasta ya muertos, gais y lesbianas, casados, separados, parejas y amantes, todos de muy diferentes personalidades, a lo largo de más de medio siglo, a los que heterogéneos acontecimientos políticos, económicos, sociales y hasta naturales los dispersan por el mundo como polvo al viento pero sin lograr nunca romper del todo sus veteranas relaciones.

     Desde su inicio hasta casi el lejano final, se lee cada página tratando de confirmar si quien al que casi todo y todos señalan como el padre biológico de ella, las vidas de cada uno se desarrollan por su lado y de tiempo en tiempo se entrelazan dando pie al ensayo mencionado, dejando para otra ocasión el resultado, el análisis del ADN de ella y del sospechoso angustiado por la duda que lleva a cabo pero que luego calla.

      Entre tanto pasan a primer plano sus comidas, bebidas, reuniones y celebraciones, junto con sus películas, libros y deportes preferidos y desde luego sus vestimentas, y en sus diálogos se oyen sus acentos y expresiones y hasta otros idiomas pese a que no están escritos.

     Pero también Padura lleva al sutil reconocimiento de los lugares mencionados, que para aquellos lectores que los conozcan significa un grato reencuentro; y siempre hay discretas pero significativas descripciones de la arquitectura de las casas y sus muebles y adornos, y de calles, malecones, plazas y parques, dejando en evidencia el importante papel que cumplen en la vida de los verdaderos urbanitas, e incluso en la vida misma, lo que lamentablemente es desconocido por muchos supuestos ciudadanos que aún no entienden que la política, que los ocupa tanto, está desde su aparición íntimamente relacionada con la polis, y que sin esta relación no pasa de ser pura y banal politiquería.

   ‘Como polvo al viento’ es una bella oda a la amistad, y seguramente muchos o algunos de sus lectores se sentirán a final del libro también pertenecientes a lo que en él ellos llaman “el Clan” y deseosos de que les cuenten de la vida de ella y su familiar e inesperada pareja, pues la de su mamá simplemente ya se la imaginan. Y por supuesto algunos o muchos de sus lectores verán y analizarán sus propios grupos de amigos con otros ojos y recuerdos, y también podrán comprobar que, antes o después, los conforman muchas más personas, y que hasta la lectura de este libro no se habían dado cuenta de que todos ellos no son polvo que se pueda llevar el viento pese a que a veces se quisiera.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d