En este nuevo libro (2020) de Leonardo Padura, como sucede con algunos otros de este autor, hay al mismo tiempo que una grata novela, un indirecto pero muy interesante ensayo, de gran actualidad, sobre los individuos y sus familias, parientes, amistades, conocidos, vecinos, colegas y conciudadanos, que juntos conforman las sociedades, y las ciudades, climas, paisajes y lugares a los que pertenecen, como igualmente las de otros sitios a los que luego quieren/tienen que habitar sin lograr ser de allí ni poder/querer dejar nunca de ser de allá. Ensayo que en últimas es una discreta y panorámica pero objetiva mirada a la utopía del socialismo por parte de quien la ha vivido.
Se trata de un grupo de amigos que lo conforman personajes de distintos estratos socioeconómicos y antecesores étnicos, con diferentes oficios, profesiones y trabajos, desde varios arquitectos, ingenieros, médicos, veterinarios, físicos y otros, incluyendo hombres, mujeres, niños, adolescentes, adultos y viejos, y hasta ya muertos, gais y lesbianas, casados, separados, parejas y amantes, todos de muy diferentes personalidades, a lo largo de más de medio siglo, a los que heterogéneos acontecimientos políticos, económicos, sociales y hasta naturales los dispersan por el mundo como polvo al viento pero sin lograr nunca romper del todo sus veteranas relaciones.
Desde su inicio hasta casi el lejano final, se lee cada página tratando de confirmar si quien al que casi todo y todos señalan como el padre biológico de ella, las vidas de cada uno se desarrollan por su lado y de tiempo en tiempo se entrelazan dando pie al ensayo mencionado, dejando para otra ocasión el resultado, el análisis del ADN de ella y del sospechoso angustiado por la duda que lleva a cabo pero que luego calla.
Entre tanto pasan a primer plano sus comidas, bebidas, reuniones y celebraciones, junto con sus películas, libros y deportes preferidos y desde luego sus vestimentas, y en sus diálogos se oyen sus acentos y expresiones y hasta otros idiomas pese a que no están escritos.
Pero también Padura lleva al sutil reconocimiento de los lugares mencionados, que para aquellos lectores que los conozcan significa un grato reencuentro; y siempre hay discretas pero significativas descripciones de la arquitectura de las casas y sus muebles y adornos, y de calles, malecones, plazas y parques, dejando en evidencia el importante papel que cumplen en la vida de los verdaderos urbanitas, e incluso en la vida misma, lo que lamentablemente es desconocido por muchos supuestos ciudadanos que aún no entienden que la política, que los ocupa tanto, está desde su aparición íntimamente relacionada con la polis, y que sin esta relación no pasa de ser pura y banal politiquería.
‘Como polvo al viento’ es una bella oda a la amistad, y seguramente muchos o algunos de sus lectores se sentirán a final del libro también pertenecientes a lo que en él ellos llaman “el Clan” y deseosos de que les cuenten de la vida de ella y su familiar e inesperada pareja, pues la de su mamá simplemente ya se la imaginan. Y por supuesto algunos o muchos de sus lectores verán y analizarán sus propios grupos de amigos con otros ojos y recuerdos, y también podrán comprobar que, antes o después, los conforman muchas más personas, y que hasta la lectura de este libro no se habían dado cuenta de que todos ellos no son polvo que se pueda llevar el viento pese a que a veces se quisiera.
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