No pudieron iniciar cuando ni como querían las 21 megaobras pues no tienen completos sus diseños, además de muchas irregularidades en el cobro de su supuesta valorización. Pero en lugar de ponerse rojos de la vergüenza por haber dicho que los terminarán los contratistas, ignorando que eso es lo que produjo las chambonadas del MIO y al desastre de la 26 en Bogotá, ahora están verdes pero de la envidia. Y lo mas grave es que lo único que hemos podido ver son las mismas imágenes elementales y engañosas que han mostrado, una y otra vez, y que reprodujo Semana (Nº 1453) en su penoso despropósito de comparar a Ospina con Peñalosa. Al parecer tragaron entero, como tantos caleños despistados, haciéndole eco a los que dicen que Cali necesita obras pero callan que es porque ellos necesitan contratos.
No pudieron entender que los buenos diseños son definitivos para el acierto o no de un proyecto, especialmente en casos como el hundimiento de la Avenida Colombia, ni que debido a que está en medio de varios monumentos nacionales, departamentales y municipales, debe pasar por los organismos de protección del patrimonio, como lo pide la ley. Además, si los chinos se demoraron casi tres años en la remodelación del “Bund” de Shanghai (El País, 01/04/2010), cuántos estaría aquí la Avenida Colombia interrumpida, pese a que la obra es diez veces mas pequeña que el malecón fluvial de aquella ciudad donde se enterraron seis carriles. Y no entienden porque no se deben retirar las piedras del Río Cali, como se está haciendo, el que se sigue tratando como su fuera un vulgar canal de aguas negras.
Y lo mas vergonzoso es que no pudieron hacer un reparcheo decente en la avenida 6A Norte entre calles 25 y 30. Lo denunció oportunamente por Internet “Francisco Santander” y se replicó hace unos días en esta columna, pero nadie le ha parado bolas como si se tratara de un pequeño detalle; como si nos mereciéramos la ciudad que tenemos . Por eso es necesario repetir que esta primera megaobra se limitó a poner una nueva carpeta asfáltica sobre la ya existente sin reponer las redes de acueducto y alcantarillado, con más de 40 años de construidas. Pero lo peor de todo es que ni siquiera se regularizaron los andenes y que la calzada quedó por encima de ellos, lo que implica graves riesgos para los peatones pues fácilmente los vehículos los podrán invadir, y además la lluvia los inundará pues se taparon los sumideros.
Tampoco pudieron dar respuesta a las preguntas del arquitecto Juan Marchant. ¿Cómo se relaciona el MIO con Yumbo, la vía al mar, Jamundí, Puerto Tejada y Palmira, con la actual central de transportes y la futura terminal del sur, y la tan anunciada Avenida del Centenario y las muy publicitadas 21 Megaobras? ¿Por qué no se han definido las terminales de Sameco, Calima, del sur y portada al mar? ¿Qué solución plantea el MIO a las estrechas calzadas laterales para atender el transito “mixto” de la calle 5ª ? Y como dice Marchant, Metrocali debe informarnos sobre las compras de predios ya ejecutadas y por ejecutar y sobre las demandas de distinta índole que se han cursado y que también terminaremos pagando los contribuyentes, como ya pagamos una vez el hundimiento fallido de la Avenida Colombia.
Comentarios
Publicar un comentario