Posiblemente la noticia mas importante
de los últimos años es que ya es factible producir económicamente petróleo a
partir de cualquier clase de basuras a excepción de los residuos radioactivos
(Cambio, 23/06/2003). Aunque la despolimeración termal de desperdicios a altas
temperaturas, thermolysis, ya se conocía hace un par de décadas, no era viable
pues consumía mas energía de la que producía. Ahora, una empresa en Estados
Unidos, la Changing World Technologies, ha logrado utilizar solo un 15% de la
energía producida, lo que permite que los precios de su petróleo artificial
sean competitivos con los del subsuelo. Ya se acaba de montar una planta en
Missouri y otra en Australia, con la tecnología de la C W T, y tres mas están
programadas para los próximos años en Suráfrica.
La combustión de
derivados del petróleo y los desperdicios, incluyendo los radioactivos y
químicos, son, con el carbón, los peores contaminantes del planeta. Se
evitaría, pues, al menos, uno de ellos. Y, con el reemplazo del carbón por gas
natural, como ya está ocurriendo, y la mejora permanente de los motores de
combustión interna y su reconversión, o producción, para que consuman gas o
hidrógeno, se puede pensar que finalmente el petróleo estará destinado casi con
exclusividad a producir otros de sus derivados, como son los plásticos. Estos
se podrán reciclar cuando los objetos que los contienen sean desechados, para
convertirlos nuevamente en petróleo en una muy eficiente cadena de uso y
reciclaje. Solucionar el grave problema de las basuras y de la combustión del
petróleo sería desde luego de enorme importancia para las ciudades.
Pero además el
desarrollo y generalización acelerada de esta nueva tecnología traería significativos
cambios en la vida cotidiana, el comercio mundial y la geopolítica, como ya
pasó con los computadores y el Internet. Se estima que las basuras en Estados
Unidos podrían producir una cantidad de petróleo casi igual a la que ahora
importan, principalmente de los países árabes. Una situación similar sería la
de la nueva Unión Europea (la de los 25 miembros) y Japón, mientras China, que
consume cada vez mas petróleo (The Economist, 21/06/2003) podrá producirlo,
pues hoy carece de él. Los precios del petróleo posiblemente bajarían aun mas y
el reemplazo de la gasolina por alcohol, en el que se ha visto un mejor futuro
para la cañicultura en Colombia, no sería rentable, como ya pasó en Brasil, y
solo se usaría como antidetonante para la gasolina.
Todo esto se debería
de tener en cuenta en la escogencia del nuevo sitio para el deposito de basuras
de Cali, el que habría que pensar desde ahora no como uno de desperdicios
altamente contaminantes sino como uno de insumos que hay que reciclar rápido
antes de que comiencen a contaminar. Se debería prever, además, que cerca se
construiría una refinería para producir combustibles que se consumirían en la
ciudad. Pero seguramente nada de esto se hará, al tiempo que seguiremos botando
las basuras a los causes de agua, en donde además de causar periódicas
inundaciones y derrumbes qué nos toman por sorpresa ¡como si fueran novedad!,
será muy difícil recobrarlas para reciclarlas. No es raro, tampoco, que la
noticia no fuera considerada por la prensa colombiana como algo destacable, con
excepción de la revista Cambio que suele estar bien informada.
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