Ir al contenido principal

El desmadre. 24.07.2003


Cali está llena de obstáculos que invaden el espacio público y no dejan ver el paisaje, los cerros, el cielo y la ciudad misma. Entre otros, torres y postes de la energía, de los teléfonos, del alumbrado público, de los semáforos. Postes que sostienen transformadores, postecitos para las señales de transito, muñones de postes para proteger otros postes, postes inclinados para sostener postes, postes para las vallas y propagandas y para anunciar la venta de postes de diferentes tamaños, formas, materiales y usos, mas faltaba. Son como una maleza que brota por todas partes para acompañar sus edificios y casas desocupados, abandonados, tugurizados o desmantelados. Y están los postes de la pavorosa propaganda electoral que nos invade para nada cada pocos años.                                
La ciudad suele ser vista entre nosotros como una “selva de concreto” o en todo caso “árida”. Eso fue claro cuando un pequeño grupo de histéricas ecologistas autonombradas así impidieron, con la aprobación de un alcalde que tampoco ya nadie recuerda, que ni siquiera se terminara el concurso público para el diseño de un Centro Cultural del Departamento promovido por el Gobernador Carlos Holguín Sardi. La pregunta tramposa que hacían a los despistados caleños que pasaban por la manzana T, comprada y demolida con ese propósito, en frente del Cam, era si preferían un metro de cemento o uno de verde. No entendían en su tonta juventud provinciana porqué no se construyen las ciudades en el campo, que es tan bello, como pensaba ya gagá el General Hermógenes Maza.
Sin embargo adoramos los puentes (esa marañas de concreto atravesadas en el paisaje urbano) pero somos ciegos al desorden visual y sordos al ruido. O, peor, nos encantan. Como explicar, si no, el hecho de que con tanto vandalismo se “respeten” las vallas como si se veneraran las propagandas que exhiben pese a que la mayoría no puede comprar lo que anuncian, aunque posiblemente sea por eso mismo, lo que es aun peor. Es como si nadie nos hubiera explicado que el espacio público debe ser sencillo, ordenado, limpio y para todos y que en él solo se deben destacar los monumentos, en la medida en que son referencias y símbolos ciudadanos. Es el único espacio en donde esta sociedad tan híbrida, educada tan mal y tan nueva se puede encontrar e interactuar culturalmente.
No se nos ha enseñado que para convivir en paz es imprescindible respetar el derecho de los demás al silencio. Nos declaramos la gente mas feliz del mundo pero confundimos la alegría con la algarabía. El ruido nos hace sentir vivos pero agobia la ciudad ya de una manera tan preocupante que merece largos informes en periódicos usualmente dedicados al fútbol. “La ignorancia y poca cultura urbana y de otro tipo, que padecen nuestros alcaldes y dirigentes en general son la causa de esta situación.” escribe una lectora de esta columna cansada de gestionar inútilmente ante el Dagma un derecho de petición para que un establecimiento llamado premonitoriamente Tardes y Noches Caleñas la deje dormir.
Lo cierto es que a todos nos falta educación y conocimientos de lo urbano. Tenemos los elementos y la urgencia pero nos falta aprender de nuevo a construir ciudad pues lo olvidamos; y si ni siquiera la vemos ni oímos ¿cómo llevarla de nuevo a su cauce? Necesitamos un alcalde con visión de ciudad y no apenas con ambición de alcaldía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta co...

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Sa...

Viaje a la arquitectura

  Recorriendo su bello país de la mano de José Saramago (Azinhaga, Portugal 1922-2010 Tías, Las Palmas, España, Premio Nobel de Literatura de 1989) de octubre de 1979 a julio de 1980, es muy grato encontrar a lo largo de Viaje a Portugal, 2022, más de 726 páginas de comidas, bebidas, gentes, paisajes, plazas y parques. Y capillas, iglesias, palacios, castillos y murallas -17 declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- la gran mayoría muy interesantes para entender, con las palabras de Saramago, en qué consiste lo emocionante que pueden ser, y por qué “la utilidad no es incompatible con la belleza” (p. 450) y que “la arquitectura, sólo por sí, puede hacer feliz a un hombre” (p. 439). Escribiendo sobre la iglesia del Senhor Bom Jesus, en Matosinhos, dice Saramago que su arquitecto, Nicolau Nasoni (San Giovani, Valdarno, Italia 1691-1773 Oporto, Portugal) supo “entender los misterios del granito lusitano, darles espacio para llegar mejor a los ojos, alternando lo oscuro de la...