Uribe debe su Presidencia y popularidad
al tema de la seguridad, y es lo que mas les preocupa a los caleños, aun mas
que el empleo. Pero por supuesto no se trata apenas de la mal llamada guerra.
De hecho la mayoría de las muertes del país las causa la delincuencia común, la
violencia intrafamiliar y de los fines de semana y sobre todo los accidentes de
transito. Y la mayoría de estos son peatones atropellados por carros pues en
nuestras ciudades no dejamos por donde caminar con seguridad.
Pero este hecho es ignorado
por candidatos y alcaldes con excepción de Peñalosa que no se cansa de repetir
que se necesitan andenes anchos para que los peatones puedan caminar, y con
placer en la medida en que se pueden mirar unos a otros, lo que además les
proporciona seguridad. Por eso Cali no solo necesita espacios verdes si no
también duros como lo era la Plaza Mayor, pues hoy solo existe la de San
Francisco, la del CAM, que lo es solo a medias, y la popular explanada del
Parque Panamericano.
Una ciudad de verdad,
y no un pueblo grande como se ha dicho de esta con razón, es tal por su centro.
Allí se concentran los monumentos y el patrimonio arquitectónico y urbano, las
bibliotecas, museos, teatros y auditorios, las sedes gubernamentales,
religiosas y privadas, la animación, las actividades y hasta las
manifestaciones de protesta; allí van todas sus gentes y allí necesariamente se
interrelacionan las clases sociales, los oficios y las profesiones. Es su lugar
mas democrático y lo que allí se haga redunda en toda la ciudad. Pero en el
centro de Cali ya no vive casi nadie y su espacio urbano público y privado está
muy degradado e invadido por vendedores informales, carros, motos, postes y
propagandas.
Habría que recuperar
las calles para los peatones reduciéndolas a un carril (ancho para que pueda
parar un carro y pasar otro) y dejar solo dos en cada sentido en las avenidas,
y ensanchar los andenes los que habría que arborizar con rigor y gusto; y hacer
parqueaderos debajo de plazas y parques pues no los hay suficientes ni bien
ubicados. En los espacios sobrantes, especialmente cuando se ponga en marcha el
sistema de transporte masivo, se podrán ubicar ordenada y legalmente los
vendedores y construir ciclo rutas. En las manzanas medio abandonadas de El Barrio
Obrero, San Nicolás, El Hoyo y El Piloto se podrían construir muchísimas
viviendas de interés social y sus equipamientos. Y se podría dar una
reglamentación sencilla y sin excepciones que impida que se siga destruyendo el
patrimonio de la ciudad y que permita recuperar la dignidad y belleza que tuvo
su centro histórico recomponiendo sus paramentos y alturas.
Estas son las
propuestas principales del Plan del Centro Global que adelantan las
universidades del Valle y San Buenaventura y la SCA, bajo la coordinación de la
Sociedad de Mejoras Públicas. Su implementación, financiable por valorización a
toda la ciudad, sería mucho mas económica que los pretenciosos y feos viaductos
para carros particulares que se hacen en lugar de poner semáforos bien
coordinados. Son ideas que no despiertan resistencias (salvo la de esos
comerciantes que no se han enterado aun de que la recuperación del espacio
público los benefició en Bogotá), y que mejorarían sustancial y rápidamente la
calidad y seguridad de la vida urbana de una ciudad-ciudad para todos.
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