El desempleo, la falta de ingresos, la
pobreza y hasta el hambre son para Salcedo, Baena, Carvajal, Pulido, de Roux y
Hernández los principales problemas de Cali. (El Tiempo 4/8/2003). Para Lloreda
es la falta de confianza en nosotros mismos y para Vargas el manejo político,
en lo que coinciden Carvajal (el desgobierno), Salcedo (desconfianza en las
instituciones y dirigentes), de Roux (la sucesión de malos gobiernos) y Yusty
(la ingobernabilidad) es decir, lo que impide resolver los problemas de la
ciudad, que son los que identifican Villegas -la calidad de vida- y Yusty -la
desaparición de lo público- en lo que coinciden Carvajal (deterioro del espacio
publico), Hernández (Cali se volvió un pueblo grande) y de Roux (deterioro
físico).
De Roux y Carvajal
proponen construir viviendas pero solo a Yusty le preocupa el ornato de la
ciudad (que entregaría a las comunidades). A algunos les preocupa lo económico:
Pulido (la falta de ingreso), Salcedo (el desempleo), Hernández (la
reactivación), de Roux (atraer inversión), Carvajal (incentivos a las empresas)
y Yusty (reorganizar las finanzas del municipio). O la salud: Lloreda (buenos
servicios de salud). O la seguridad: Vargas y Lloreda: O la limpieza de la
ciudad: Pulido. Incluso la rumba: Vargas (salsa para el mundo) y Hernández (fin
de la “ley zanahoria”).
Como
estrategia para mejorar a Cali Baena propone un gran acuerdo político. Romper
la indiferencia y el individualismo dice Lloreda. Mas y mejor educación piensan
Pulido, Hernández, Carvajal, Salcedo, Villegas, de Roux y Lloreda. Una ciudad
para la gente concluyen de Roux y Lloreda.
Pero ¿cómo lograr una
mejor ciudad para la gente y una mejor educación para la vida ciudadana en las
actuales circunstancias sociales, económicas y políticas, con ideas sin
desarrollar como Carvajal (construir 50.000 viviendas) o de Roux (acabar con el
déficit habitacional)? O a medias como Villegas (ampliar la jornada educativa),
Carvajal (espacios para que los niños vivan y se eduquen), Pulido (doble
jornada y restaurantes escolares), Salcedo (reducir el déficit educativo) o de
Roux (acabarlo). O solo sueños (una Cali con propietarios de vivienda) como
Lloreda.
Necesitamos
propuestas concretas y completas producto de análisis sencillos pero rigurosos
como el de de Roux (las cuatro grandes crisis de Cali son el crecimiento de la
pobreza, el deterioro físico, el debilitamiento del civismo y la sucesión de
malos gobiernos), pues ¿con que se harán
las 50.000 viviendas o se pagará la doble jornada educativa para 130.000 niños?
pero sobre todo es inaceptable que la solo enumeración de una necesidad pase
por propuesta como lo pretenden Villegas (se requiere un plan decidido de
seguridad integral) o Baena (la recuperación de la viabilidad institucional del
municipio).
Muchos queremos como
Lloreda una Cali enriquecida por su diversidad étnica (y no degradada como
hasta ahora), donde podamos caminar o desplazarnos en bicicleta o en un
trasporte publico amable y funcional; una ciudad que sea generosa en espacio
publico, limpia y segura, y con servicios asequibles para todos. ¿Pero cómo?
Ninguno ve que la estética, diseño, construcción y mantenimiento de un mejor
espacio urbano publico –que es en donde se da lo que Lewis Mumford llamo la
cultura de las ciudades- es hoy la principal tarea de un alcalde.
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