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Asunto de civilización. 23.03.2005


Dice Christiane Zschirnt (Libros / todo lo que hay que leer) que el comportamiento que asumen discretamente los usuarios de un ascensor para que todos estén lo mas confortablemente posible y se sirvan de el con eficiencia es, en una palabra, civilización. Es decir que aquí somos poco civilizados: la mayoría de la gente quiere entrar sin respetar el turno y antes de que los que están adentro salgan; se paran junto a la puerta pues no confían en que los otros les facilitarán la salida y muchos hablan como si no hubiera nadie mas, no piden  permiso para nada ni dan gracias; los que se quitan para dejar salir a los otros corren el peligro de quedarse afuera pues rápidamente siempre hay alguien que oprime el botón de cerrar como si fuera solo.
          En Vancouver la Real Policía Montada investiga porqué unos árboles permanecen sin hojas una vez pasado el invierno, descubre que fueron envenenados y establece que la culpable es una conocida decoradora de interiores a la que le molestaba que le taparan la vista al mar. Fue juzgada y condenada a diez años de prisión sin rebajas. Ella actuó incivilizadamente: se olvidó de los demás a los que los árboles no les molestaban sino lo contrario y de que existen normas y leyes que hay que respetar y procedimientos políticos para cambiarlas cuando es el caso. Es decir que aquí somos incivilizados: no solo no se cumplen las leyes y normas sino que a nadie se le ocurre cambiarlas, cuando se precisa, pues la impunidad es muy extendida y entonces para que. Simplemente hacemos trampa o lo que se nos da la gana pues los demás no cuentan.
          Somos incivilizados cuando nos pasamos el semáforo en rojo y aquí siempre hay alguien que lo hace en todos, a cualquier hora y todos los días del año. Lo somos también cuando trepamos los carros a los andenes o pitamos para que nos habrán el garaje o para saludar a alguien. Y ni que decir de los motociclistas que andan por las aceras, adelantan por el lado derecho, circulan en contravía, no tienen luces ni se ponen el casco, el que además es de mentiras; no solo son incivilizados: son bestias. Costumbre esta de circular por las noches en contravía y sin luces en la que con alarmante frecuencia cae la policía misma, y cuando es la autoridad la que viola regularmente las normas pues estamos tocando fondo. Somos incivilizados cuando recurrimos a la violencia y no a las palabras, las normas y la ley para solucionar nuestros conflictos, que es a lo que finalmente se han comprometido 25 países en Europa.
          El proceder civilizado dice Christiane Zschirnt supone el no imponer ni importunar a otros con nuestros requerimientos personales. Para eso existen convenciones y modales, cortesía y autocontrol, y otras reglas que regulan el trato entre desconocidos que se encuentran en espacios relativamente estrechos, como suele suceder en las ciudades, al contrario del campo en donde son pocas las personas, amplio el espacio y todos se conocen o son parientes o clientes. El problema de ciudades como Cali es que están siendo aceleradamente pobladas por campesinos, ricos, nuevo ricos, pobres y muy pobres, desplazados voluntaria o involuntariamente, que no han tenido aun la educación ni la oportunidad de aprender a ser ciudadanos. Por eso serian muy importantes aquí la educación ciudadana de Mockus y los andenes amplios y llanos de Peñalosa.


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