Ir al contenido principal

Claro que si hay guerra. 03.03.2005


         A diario se la libra a muerte en andenes, calles y carreteras. Posiblemente en Colombia los automotores den de baja mas gente, entre muertos y heridos, que el terrorismo, el conflicto armado, el narcotráfico, la delincuencia común y la violencia intrafamiliar juntos. Carros que se estrellan a todas horas en las ciudades. Tractomulas, dobletroques, camiones, volquetas y buses que se despeñan o despedazan entre si en las carreteras. Buses urbanos (es un decir), busetas y carros, incluyendo claro los taxis, que arroyan ciclistas o peatones obligados a caminar por las calzadas por la carencia de andenes o porque están invadidos por los carros. O que sencillamente están bajando o subiendo a un vehículo o cruzando la calle por donde deben o no. Motociclistas que se matan solos por su inaudita imprudencia. La violencia en el país ya no es solo la de sus pueblos, veredas y campos sino cada vez mas la del espacio publico de sus grandes ciudades y carreteras congestionadas. Los automóviles se han vuelto entre nosotros armas contra los colombianos mas mortíferas que las convencionales.
          ¿Pero a quien le importa? Ni siquiera a los deudos, que se consuelan con el cuento ese del destino. De estos muertos y heridos no se habla lo necesario. Los “informes” de la prensa sistemáticamente culpan solo al exceso de velocidad o al “alicoramiento” de los conductores. Pero no se establece seriamente cuantos accidentes se deben a ello y cuantos también, o específicamente, a la mala conducción, el mal estado de los vehículos o de las calles y carreteras, o a su pésimo diseño. A la falta de señalización o, lo que es mas grave, a su improvisación o por que es peligrosamente antitécnica. ¿Cuántos a la falta de autoridad? Porque la verdad es que sobra burocracia y autoritarismo en las autoridades del transito como falta verdadera autoridad. Aquí todo el mundo circula como se le da la gana o por lo menos en algún momento debe hacerlo así por la sencilla pero tremenda razón de que con frecuencia es la única manera de proceder. Son muchas las leyes y normas de circulación que llevan al delito porque no se pueden cumplir o no hay quien las haga obedecer. Es decir, por la falta de autoridades suficientes y sobre todo competentes.
          La solución es sencilla pero por eso mismo en Colombia poco probable. Primero habría que informar bien sobre esta guerra que diezma al país mas que la otra, y darle la importancia que tiene. Al menos como a la Formula 1, el fútbol, la farándula, la moda, las reinas o nuestro príncipe Carlos. Luego proceder a mostrar a los colombianos lo que todos saben en los países civilizados sobre el buen uso de los espacios públicos urbanos y rurales. Principiando por enseñarles a manejar a los que enseñan a manejar, a vigilar a las autoridades que vigilan la circulación de peatones y automóviles. Y hasta a caminar en las ciudades pues aquí muchos nunca lo terminan de aprender y mueren atropellados. Después hay que diseñar y construir bien andenes, calles y carreteras, utilizando normas y soluciones pocas, claras, comprobadas y permanentes. Finalmente hay que proceder a hacer cumplir lo aprendido. Como se ve, el circulo vicioso solo lo podrían romper los medios, pero están tan ocupados con lo de la no reelección de Uribe que es inútil pedirles que piensen en cosas tan cotidianas y poco vendedoras.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d