Ir al contenido principal

Zonas verdes versus parques. 17.03.2005


Además de llenar las calles de turupes (en lugar de tapar sus huecos), ahora les ha dado por convertir los parques en zonas verdes. Es cómo si no entendieran, por ejemplo, que una cosa es una cocina y otra muy distinta un comedor. Que se puede comer en la cocina pero no cocinar en el comedor. ¿A quien se le ocurre construir en el Parque del Acueducto, uno de los mas bellos y “naturales” de la ciudad, una cancha de fútbol? ¿En que estaban pensado los que sembraron palmas que serán muy altas debajo de las líneas primarias de la energía que pasan a lo largo de la carrera cuarta, por detrás del Intercontinental, que en unos años tendrán que ser cortadas? ¿O serán tan ingenuos de pensar que las líneas van ha ser retiradas, como han dicho? Mas vale son cínicos pues si es así, lo primero era haberlas puesto subterráneas antes de sembrar las palmas. ¿A quien se le ocurre hacer allí peligrosos andenes de 40 centímetros de alto para que no trepen los carros cuando basta con 23? En caso de necesidad los peatones no pueden subir ni bajar con facilidad, y su altura los induce a caminar por las calzadas.
          ¿Quien ve por el correcto diseño de los espacios públicos de la ciudad? ¿Quién responde de que no se “cocine” en sus parques ni se “coma” en sus zonas verdes y que cuando se decida hacerlo se diseñe una adecuada “cocina comedor”? El diseño de espacios es mas complejo que el de edificios. Al fin y al cabo las ciudades aparecieron mucho después, y sus poquísimos espacios urbanos públicos (la calle, la plaza, la explanada, el parque, la alameda, la avenida) se configuraron poco a poco a lo largo de varios milenios, mientras que los aportes de la modernidad (la zona verde, la autopista, el separador y los cruces a varios niveles) llegaron juntos y de repente hace unas pocas décadas. Y el problema es que la modernidad en estos países tan poco modernos hace pensar a muchos incautos que todo se debe –y se puede- cambiar, y creen tontamente que entonces se puede cocinar en el comedor y lo convierten en un espacio promiscuo pero sin el carácter y belleza de lo primitivo de una verdadera maloca. El parque y la zona verde pueden llegar a estar juntos pero no es fácil revolverlos y jamás serán lo mismo. 
          Además de un plan general del espacio publico, que ya fue realizado, la ciudad debería contar con normas y especificaciones para que el diseño o rediseño de sus parques y zonas verdes sea el mejor. Este debería hacerse siempre mediante concursos públicos cuyo resultado se debe dar a la comunidad con suficiente antelación para poder recoger sus opiniones y sus críticas antes de realizar el proyecto final. Esta tarea, por supuesto, debería ser de Planeación y no de otras secretarias del Municipio, que suelen disponer del espacio público alegremente. Y hay que acabar con esa nefasta practica de ceder el diseño de los parques y zonas verdes a entidades particulares, solo por que quieran donar su mantenimiento, pues terminan apropiándose de ellos con avisos, guardias privados y todo. Si hay algo que no se debe privatizar es el espacio público, justamente, que es lo que de hecho ha sucedido con muchos los pocos andenes con que cuenta Cali. Y desde hace un tiempo con varios de sus parques, zonas verdes y separadores con el agravante de que sus nuevos “dueños” confunden en ellos “cocinas” con “comedores”.
         

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d