Ir al contenido principal

Lo que significa Cali. 05.07.2007


El robo descarado del erario municipal pues los ciegos somos nosotros. La violencia del narcotráfico, la delincuencia común, los alcohólicos fines de semana y la semana toda. Los desplazados que llegan y los que se tienen que ir. Los secuestros masivos y todos los otros que pronto olvidamos pues son uno por uno. Los que mueren después de años de estar encadenados. Los niños –que horror- que nacen secuestrados pues Emmanuel no es el único. Los solados y policías que caen en una guerra inútil e impuesta, a veces en imperdonables hechos que no se castigan. El asesinato de los diputados y de otros secuestrados que ya no recordamos. Nos duele de verdad pero insistimos en la mentira de que es culpa de otros.
            Mas si que no podemos culparlos de que todo nuestro idílico valle ahora sea un cañal sin gracia. Ni de que las Tres Cruces estén invadidas de antenas y las faldas de Cristo Rey ocultas con la mala arquitectura de los negociantes de vivienda con la complicidad de “nuestro” Consejo. De que estemos acabando con el norte, occidente y sur de la ciudad pues el oriente nació acabado. De que vulgarizáramos nuestro emblemático Río y que los otros seis ya solo existan en los mapas. De que reemplacemos lo que quedaba de nuestras cinco espectaculares alamedas por el encementado de un Mio que no es nuestro.
El centro lo volvimos un feo y sucio basar. San Antonio es cada vez mas frívolo y llenamos Granada de insulsos vidrios y carros. La Sexta da grima. Construimos por todas partes tontas “torres” codiciosamente altas, de espantosas culatas, y dejamos poner abusivas vallas que tapan el paisaje con mentiras que no podemos comprar. Nunca tuvimos andenes pero nos llenamos de inútiles y feos puentes y peligrosos y destructores “policías acostados”. Dejamos privatizar el espacio público y urbanizamos mal el que ha debido ser nuestro cinturón agrícola. Todo lo contaminamos. Los bellísimos Farallones ya no se ven.
Muchas decisiones públicas y privadas se toman en Bogotá, y es el aeropuerto de Palmira el “que sirve a la ciudad de Cali”. Las dos Zonas Francas están allá y su nuevo estadio también, cerca del único hipódromo virgen del mundo, su central de abastos quedó en Candelaria, Juanchito siempre ha estado saliendo a Florida, uno de sus cementerios en Jamundí y el otro en Yumbo, donde también enterramos su futuro centro de eventos, y en donde crece su olorosa zona industrial; la nueva está en Santander de Quilichao y su abandonado puerto siempre fue Buenaventura y el Puerto Seco esta en Buga. Las empresas internacionales que vinieron hace mas de medio siglo se van una a una. Lo único que sigue aquí es el “basuro”.
Pero, como sostiene del país Antonio Caballero (Semana, 23/06/2007), en Cali la violencia no es lo que nos tiene así, si no que somos nosotros, o mejor, como nos hemos vuelto, lo que la perpetúa contra la gente, la naturaleza, el campo y la ciudad. Es nuestro individualismo, ignorancia, apatía, trampa y falta de respeto a los otros. Ojalá el fin brutal de los diputados nos haga pensar pues, como dice Orhan Pamuk (Estambul, 2006), “al igual que ocurre con nuestra vida, la mayor parte de las veces es por otros por quienes nos enteramos del significado de la ciudad en la que vivimos”.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Viaje a la arquitectura

  Recorriendo su bello país de la mano de José Saramago (Azinhaga, Portugal 1922-2010 Tías, Las Palmas, España, Premio Nobel de Literatura de 1989) de octubre de 1979 a julio de 1980, es muy grato encontrar a lo largo de Viaje a Portugal, 2022, más de 726 páginas de comidas, bebidas, gentes, paisajes, plazas y parques. Y capillas, iglesias, palacios, castillos y murallas -17 declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- la gran mayoría muy interesantes para entender, con las palabras de Saramago, en qué consiste lo emocionante que pueden ser, y por qué “la utilidad no es incompatible con la belleza” (p. 450) y que “la arquitectura, sólo por sí, puede hacer feliz a un hombre” (p. 439). Escribiendo sobre la iglesia del Senhor Bom Jesus, en Matosinhos, dice Saramago que su arquitecto, Nicolau Nasoni (San Giovani, Valdarno, Italia 1691-1773 Oporto, Portugal) supo “entender los misterios del granito lusitano, darles espacio para llegar mejor a los ojos, alternando lo oscuro de la pie

El estado de la cuestión. 21.02.2024

 Se trata de la base teórica sobre la que se sustenta un escrito, o que se rebate en su desarrollo posterior, y que forma parte del mismo. Pero si bien es lo ético en una columna de opinión, debería ser obligatorio en toda propuesta para la ciudad, lo que no suele suceder en Cali en donde cada cuatro años cada nuevo Gobierno Municipal simplemente ignora las propuestas de los anteriores e improvisa otras. Es lo que ahora hay que evitar en el caso del interés actual por el Centro de la ciudad o la propuesta para el Tren de cercanías, la que primero que todo se debería sustentar en la conformación del Área Metropolitana de la ciudad a partir de la que de hecho ya existe. El Área Metropolitana es la que engloba una ciudad principal (la metrópolis) que le da su nombre, y una serie de ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios (Wikipedia). Por eso la de Cali no se debe confundir con la región de ciudades del valle alto del rio Cauca, que se extiende de la Virginia a Santan

‘La mansión’. 01.07.2020

Los ‘tiempos gloriosos’ de la casa solariega de la aristocrática familia Von Dranitz en el Este de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, es como Anne Jacobs subtitula a propósito su novela de 2017, pese a que se desarrolla mucho más en los que no lo fueron para nada durante la guerra y después hasta la reunificación de Alemania en 1989. Largos y diferentes tiempos que sin embargo recuerdan siempre ‘La arquitectura del poder’ (como titula Deyan Sudjic su libro de 2005 sobre este tema) comenzando por la portada de la edición en español de ‘La mansión’ que sin querer queriendo muestra un palacete como símbolo de una heredad en lugar de una gran casa señorial en el campo. Además uno de sus personajes, el joven Kacpar Woronsky, es el retrato de la apasionada relación de todo arquitecto que lo sea de verdad con su oficio/arte y sus clientes/mecenas. Hacia “planos, vistas laterales, la perspectiva delantera de un edificio ultramoderno [y] sus ideas eran originales, a veces alocadas, pe