Los defensores a ultranza del Mio pasan por alto que los
buses articulados hubieran podido ir por el corredor férreo, único en el mundo,
evitado el alto costo de la perturbación de la ciudad con la construcción y
operación de su línea principal, en lugar de forzarla por unas vías por donde
no caben bien pues está concebida como un Metro de
superficie. O que, a diferencia de la Curitiba
de hace treinta años, de donde se copio el modelo, hoy es posible el control de
acceso directamente en los buses, como en todas partes, evitando esas costosísimas, largas, anchas y altas estaciones centrales
que generan separadores a los que no se puede acceder y que ni siquiera se han
arborizado.
Olvidan
también que, como en todas las ciudades, aquí el Mio apenas será un componente
mas del sistema de transporte colectivo, y que ni siquiera se complementa con
el tren de cercanías, pese a que existe un convenio con el Departamento para
construirlo, ni con el transporte privado actual, ni de verdad con las
ciclorutas, y que no se ha previsto espacio para las bicicletas en los buses. Y
que tampoco es versátil pues los que se escogieron son anticuados buses de piso
alto (ya no se verán si no aquí, que oso), que precisan paraderos también
altos.
Los carriles
solo-bus, que para ahorrar no se hicieron a nivel, están dividiendo aun mas la ciudad y semi enterrando sus
estrechas aceras, causando mugre, inseguridad, ruido y fealdad. Los pasos pompeyanos están mal emplazados, y las rampas de los
puentes peatonales son peligrosas por largas y pendientes. Por no cambiar el diseño se acabará con lo que había
quedado de la alameda de la Quinta, pero en otros tramos se alteró su trazado
recto, mas seguro, para obviar compras y expropiaciones. Y se hundirá el
comercio de la Calle13, por pasar cerca de la Plaza y no por la 15, pese a que
habían dicho que no era posible y querían meterlo en una trinchera.
El tren
ligero se descartó por no pasar por Aguablanca, pero después esta troncal se
aplazó por cara y lo puntual de su demanda. Y por costoso; pero su conexión
subterránea al Centro era reemplazable por buses y, sin compras ni
expropiaciones, en el corredor férreo las carrileras no hubieran costado mas.
Además, el precio de los trenes hay que compararlo es con el de sus
equivalentes buses bi articulados, y considerando su mayor mantenimiento y
pronta reposición, e incluir lo ya invertido en los puentes sobre el corredor
férreo.
Y primero
que todo habría que organizar el trasporte actual y construir andenes
suficientes. Pero es que se trata de un negocio impuesto al país por el
gobierno, que cambio los trenes españoles por buses articulados brasileros pese
a que los extra largos alemanes son mas económicos. Y los rieles por muchísimo
cemento en sus nuevas calzadas pese a que en todas partes los buses van por las
calles de siempre; como aquí. Todo para favorecer intereses y compromisos, como
lo fue también suprimir su caja automática, y no para mejorar el servicio. Y lo
peor es que lo urbano quedo en manos de la banca de inversión y no de
Planeación. Ignorar el pasado del Mio llevará a que
su futuro sea el de TranSantiago o TrasMilenio.
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