La movilidad en Cali es cada vez peor
por lo que no sobra insistir, una vez mas, en lo que se ha venido señalando frecuentemente
en esta columna desde hace mas de 15 años y lo mismo en Caliescribe.com. Se
trata nada menos que de un asunto de vida y muerte pues aquí los accidentes de
transito son los causantes de la mayoría de estas, y es circulando por sus
calles en donde se viven de verdad todas las ciudades como lo sabe cualquier
turista en cualquier parte, y de preferencia caminando, mas lamentablemente no
lo es para muchos caleños.
Para principiar no existe un plan
vial, el que con uno de usos del suelo, alturas y aislamientos y las normas
urbano arquitectónicas pertinentes, debería constituir un Plan de Ordenamiento
Territorial, integral y a largo plazo para la ciudad. El POT que hay ahora es
solo una colcha incompleta de retazos ya obsoletos hecha por bogotanos
desconocedores de Cali, que para peor de males no incluye toda su área
metropolitana, dejando por fuera casi mitad de la ciudad real, pese a que esta
influye fuertemente en la movilidad de todos en el resto de ella.
Además no hay continuidad en las vías
a todo lo largo del área urbanizada, de Jamundí a Yumbo, ni en las
transversales, ocasionando inconvenientes cambios de dirección y lentos cruces
a la izquierda; y en todas las calzadas los carriles cambian caprichosamente en
numero y ancho. Además la señalización y demarcación de las vías es
insuficiente o no es visible, y con mucha frecuencia es contradictoria u
obsoleta; los semáforos no son todos los necesarios, están muchos mal
localizados y no son coordinados electrónicamente.
No hay un sistema de transporte
publico colectivo suficiente, ni eficiente ni integrado, el que debería contar
con un tren de cercanías cruzando el área metropolitana, buses biarticulados en
rutas paralelas, articulados sencillos en las demás, y alimentadores comunes
incluyendo los buses existentes aun no chatarrizados, todo con un solo pasaje
común. Tampoco existen suficientes ciclo vías ni las que hay están bien
diseñadas o están incompletas; ni existen carriles para bicicletas en las vías
en donde se necesitan mas y en los que los podría haber sin mayor problema.
No hay andenes suficientes, ni bien
arborizados, ni anchos, y sin obstáculos como postes, huecos, cambios de nivel
y de terminado, pese que mas de la mitad de la gente se moviliza diariamente
sólo caminando, y a que todos los demás terminan haciéndolo antes y después de
tomar algún medio de trasporte. Y en lugar de poner pasos pompeyanos en las
esquinas para que los peatones crucen por ellas y no por la mitad de la calle
“corriendito” y que a la vez sirvan para reducir la velocidad de los carros, se
ponen peligrosos “policías acostados” de cualquier manera en cualquier parte de
cualquier cuadra.
Finalmente, en esta ciudad que ha
crecido tanto y tan rápidamente, los automovilistas no respetan carriles, semáforos, señales ni
normas, los motociclistas menos aun y zigzaguean peligrosa e impunemente entre
los carros, y los ciclistas circulan como se les da la gana. Pero además los peatones
caminan por cualquier parte y no consideran a los demás. Pero lo peor de todo
es que con frecuencia automovilistas, motociclistas, ciclistas y peatones son
obligados a su mal comportamiento y falta de civismo por la carencia de andenes
y adecuadas calzadas, o por una señalización y demarcación contradictoria o
incompleta.
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