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El clima. 29.12.2016


          En Centroamérica y el norte de Suramérica se presentan climas tropicales calientes, templados o fríos, que dependen de la altura sobre el nivel del mar y no de la latitud, o sea sin estaciones, y sí con variaciones de temperatura y humedad diarias, y temporadas secas o de lluvias. A continuación, cinco ejemplos de arquitectura en el trópico templado y húmedo: tres casas aisladas cerca a la ciudad, un pequeño condominio de seis viviendas en un suburbio, un edificio pequeño de siete apartamentos, la remodelación de cuatro casas en un barrio tradicional, y una área verde muy grande junto al centro de Cali.
          Se trata del Parque del Acueducto de San Antonio, el que con el parque del Mirador de Belalcázar y el de la Colina de San Antonio, confirman una amplia zona verde bastante arborizada, decisiva para el clima de este sector de la ciudad. Pero además de unirlos, mas sin que pierdan su carácter individual, como ya se ha propuesto en esta columna (Nuestro Parque, 04/12/2008), sería muy bueno que se contara con un pequeño reservorio para recoger las aguas de las lluvias. Ojala esto se también se considere en el concurso publico que se piensa hacer para su remodelación conjunta.
          Y muy cerca, en el tradicional barrio de San Antonio, la mejor respuesta al clima está es adentro de sus blancas casas: en sus patios. Como en cuatro remodeladas acertadamente en los últimos años, conservando en ellas su tipología de medios patios y solar, cuyos diferentes suelos, algunos son estanques con peces y plantas, presentan diferentes temperaturas lo que genera sifones térmicos horizontales cuando la fresca brisa que baja de la cordillera por la colina de San Antonio no las refresca cruzando por sus varios corredores y estancias.
          En Miraflores, un pequeño edificio muy respetuoso con las casas vecinas, es muy fresco gracias a su color blanco, su antejardín de plantas que trepan por sus muros, justo detrás de su amplio andén debidamente recuperado con los árboles tradicionales del barrio y que ya da frescura y gracia al llegar. Y sus ventanas sin vidrios dejan cruzar por las celosías horizontales que las cierran la brisa que baja por la tarde de la cordillera, y cuyo control a voluntad, igual que el de la luz, se logra con persianas venecianas de madera.
          Camino a Buenaventura está el cuarto ejemplo anunciado al inicio, y que son tres casas de fin de semana, dos a este lado de la alta y verde cordillera, y una al otro, rodeada por un bellísimo bosque húmedo tropical. Todas estas ya en un clima mas fresco, caliente cuando se despeja el cielo y calienta el Sol, y frio al llegar la noche cuando es un placer encender sus chimeneas, mientras sus ventanas de grandes vidrios impiden que cruce la brisa. También blancas, cuenta sin embargo con algunos muros ocres pintados con la tierra del lugar.
          Y al sur de la ciudad, un pequeño condominio alrededor de un bello y muy verde espacio común de acceso, demuestra lo que se puede hacer de frente al trastorno del clima al que tanto contribuye la climatización mecánica y no pasiva de los edificios. Que en el valle del río Cauca basta con considerar lo muy especial de su muy confortable clima, el que debe inspirar una urgente arquitectura adecuada a su clima y a sus contextos urbanos o naturales, reinterpretando los corredores de las casas de hacienda y los patios de las antiguas casas de sus poblaciones y ciudades; una larga tradición mediterránea que aquí se aclimató de maravilla.

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