Lo que ha debido ser una justa
protesta por los varios y graves errores en la concepción del MIO y las sucesivas
equivocaciones en su manejo (como tener cerca de un Presidente por año)
advertidos reiterativamente en esta columna desde 1998, terminó vergonzosamente
muy mal. Un muerto, quien sabe cuantos heridos, una estación destruida (les
costaron a los contribuyentes cerca de mil millones cada una), dos articulados incendiados
(les costaron a sus operadores otro tanto que paga el seguro), más de cien
buses dañados parcialmente y la movilización de todos los caleños paralizada
abusivamente.
Los argumentos en apoyo a una
reforma a fondo del MIO se volvieron humo ante la incapacidad de discurrir de
los propietarios de los buses que las autoridades pretenden -equivocadamente-
sacar de servicio. Y primó ese espíritu de destrucción que lleva a la acción
violenta, propio de gentes sin cultura y carentes de instrucción: simple
vandalismo que degeneró en violencia. Porque el problema es de educación
ciudadana y de conocimientos sobre lo urbano, debidos ambos a la carencia de
buenos colegios.
Hay que repetir por enésima vez que
pretender un Sistema Público de Trasporte Urbano sin integrar diferentes medios
bajo una sola autoridad es insistir en un error garrafal cuyas consecuencias
hace años se vieron en Bogotá y ya reventaron en Cali. Lo primero que había que
haber hecho era el tren ligero (de cercanías) en el que venía trabajando
Protrans pero hace quince años el Gobierno de Pastrana (1998-2002) se saco de la manga lo de
sólo buses articulados obnubilado por su
éxito en Curitiba pero sin ver las evidentes diferencias.
Como se expuso aquí (01/06/1998): “El sistema de transporte masivo dirá mucho sobre lo que es Cali y
lo que será. El Metro es civilizador, como se puede comprobar en México o
Caracas o Medellín (pese al error de haberlo pasado elevado por el centro de la
ciudad) para nombrar sólo los más cercanos. Sin embargo, casi todos los que
existen son subterráneos y por lo tanto costosos. Por eso en Cali el Metro será
de superficie o no será; al menos por muchos años, posiblemente demasiados
años. Por fortuna existe el viejo corredor férreo que atraviesa por el medio a
la Cali de hoy.”
Pero es que reflexionar
inteligentemente acerca de la ciudad en tanto artefacto fundamental, no ha sido
fácil en esta tan nueva, grande y extensa, en la que las noticias son sólo lo
que pasa y no también en donde y por qué. No se puede tener apenas un sistema
de buses articulados pues como en todas partes hay que integrarlo a otros
sistemas, desde los andenes, totalmente precarios en Cali, hasta el tren
regional, que acabaron los sindicatos, camioneros y políticos corruptos.
Y comenzar por una concepción culta,
plural e informada de la ciudad para proceder a un plan de usos de suelo para
su área metropolitana, sus normas, y un plan vial y de transporte. Pero
aún hay quien dice que las criticas al MIO son “sofismas” y que no hay que
criticar (E. Piedrahita, 23/03/2014). Y no faltará quien proponga para el “Río
de la Ciudad” cortar árboles para hacer una playa "abierta y limpia"
y que ahora se bañen al lado del CAM, ignorando que es un río de alta pendiente
donde antes la gente se asoleaba en sus grandes piedras pero mas arriba, en el
charco del Burro. Así tampoco.
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